Por Enrique García-Mansilla
Bernardo Neustadt, uno de los más importantes periodistas, a mi juicio de la Argentina del siglo pasado ya sea desde la radio o la televisión, puso en el colectivo imaginario nombres, apodos y elevo al rango de “ponderables” a muchas personas, una de ellas fue la del joven financista y economista Lic. Martin Pérez Redrado quien hoy, con el nombre de Martin Redrado, preside el Banco Central de la República Argentina (BCRA), ente autárquico cuyo presidente, vicepresidente y directores requieren, por ley de La Nación Argentina, el acuerdo del Senado para ocupar dichas funciones y por lo tanto no es un funcionario dependiente del Poder Ejecutivo Nacional y solo puede ser removido mediante el tan mentado Juicio Político que el Congreso debe instruirle y que tiene día y fecha de finalización en el ejercicio de su mandato.
El Sr. Martin Redrado en consecuencia, tiene mandato para ejercer la Presidencia del BCRA hasta el mes de septiembre del año que se inicia salvo que el Honorable Senado de la Nación piense de manera distinta y lo destituya por el mal desempeño de sus funciones.
La ley, en estos tiempos en el país, rige para todos los ciudadanos de la República con la sola excepción del matrimonio integrado por Néstor Carlos y Cristina Kirchner, ambos a cargo del Poder Ejecutivo Nacional.
Si bien la economía no funciona como lo dice la prensa oficial basada en estadísticas hechas a dedo, habíamos terminado un traumático año 2009 con algunos signos positivos y salvo los dirigentes políticos y los economistas serios que habían manifestado su preocupación sobre el anticipado manotazo a las reservas del país -administradas por el BCRA para el Fondo Bicentenario- se esperaba un año con el famoso viento de cola provocado por la recuperación internacional, la mano de Dios con las lluvias nos permitirían un incremento en las cosechas de granos en el orden de las 25 millones de toneladas, un crecimiento de la economía, cercano al 4/4,5%
El matrimonio presidencial nos está introduciendo en una nueva crisis, que esta vez ha de hacer temblar a todo el país, rico o pobre, industrial, agrario o ganadero, sistema financiero y credibilidad internacional, con consecuencias que pueden alcanzar una gravedad inusitada y que puede ir mas allá de la que conocimos en el 2001/2002
¿Por qué me permito sostener esto? Porque la Resolución 125 fue una crisis sectorial grave e importante que ahuyento la inversión y alimento una fenomenal fuga de capitales, agoto el prestigio de nuestros gobernantes y vació la mesa de muchísimos argentinos pero no se transformo en una crisis generalizada, el pedido de renuncia al Presidente del BCRA, por su desacuerdo en el manotazo de las reservas afectará no solo a un sector sino a la sociedad toda y pulverizara, repito, pulverizara a todos los habitantes y sectores de la Nación.
Ya demostró el pueblo de la Nación como reacciona cuando se toca su víscera más sensible, el dinero, pues mis queridos lectores, estamos hablando de los dineros de toda la sociedad, de esto se trata lo que ayer, 6 de enero del 2010 recibimos como regalo de Reyes.
En más de una ocasión ustedes me habrán leído escribir sobre los rasgos y conductas de los psicópatas, pues de esto se trata, la actitud asumida por nuestra PresidentE/A que cree que sus actos son omnipotentes y que, por lo tanto puede sin que el hecho la perturbe, darle a la República una nueva crisis que bajo la falacia de generar confianza, terminara destruyendo la confianza , poca o mucha, que la sociedad pueda tenerle y que provocara con absoluta seguridad, una fuerte inseguridad económica, política y jurídica.
Lo que esta intentándose hacer desde el Gobierno no es otra cosa que generar el caos que ya anunciara el Diputado Nacional Kirchner en el periodo electoral que llevo al Gobierno a perder el control de la Nación el pasado 28 de junio del 2009
¿No será hora de que Dios y la Patria empiecen a demandar a estos personajes?
Todo acreedor quiere y debe cobrar, es necesario realizar todos los esfuerzos necesarios para insertar al país en el mundo, es loable generar credibilidad, nada de esto se obtiene violándose leyes de reconocimiento universal salvo que uno se llame Chávez, Morales, Correa o Kirchner.
Si así lo hacemos no lograremos el propósito ulterior porque en el mundo global de la inmediatez y con la percepción y experiencia de los argentinos mañana volverá la fuga de capitales, el repudio de los inversores existentes y estaremos más lejos, más aislados del mundo al que nos queremos acercar.
Hoy, no me cabe ni la más mínima duda, los “mails” cruzados entre subsidiarias extranjeras de cualquier actividad han estado advirtiendo a sus matrices alrededor del mundo que de aquí en adelante, lo que pueda ocurrir esta fuera del control de cualquier ser racional y serio.
Tampoco les quepa duda alguna, queridos conciudadanos, si esto no se modifica y empieza a operarse sobre el Presidente del Banco Central de la República Argentina, el país terminaran diciendo como Bernardo Neustadt: "¡Mundo Civilizado!, NO ME DEJEN SOLO."
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