martes, 18 de junio de 2013
¿LLEGO HASTA AQUÍ EL KIRCHNERISMO?
El Gobierno Nacional entiende que el 54% obtenido en la elección
que les otorgo la reelección en el 2011 justifica cualquier dislate
legislativo, vaya este contra las minorías que no escucha o la Constitución
Nacional que no respeta.
Sobre esta premisa, y en forma inesperadamente rápida se
aboco a sancionar un conjunto de leyes que dio en llamar “Democratización de la
Justicia” y desafío sin prudencia alguna a la Suprema Corte de la Justicia y a
la Constitución misma con el argumento de que no pueden temerle a la voluntad
popular quien es la que, a su juicio, gobierna y dicta las reglas de juego.
En el pasado solíamos escuchar “las mayorías gobiernan y las
minorías acompañan”, que es muy distinto al paradigma que hoy se aplica de que “las
mayorías gobiernan y las minorías no cuentan”, queda claro que esta última opción
no es válida, al menos nos es válida dentro del contexto en que se deben
valorar los roles de las diversas minorías dentro de una República
Constitucional dentro de la cual, la democracia es el sistema que se utiliza
para ser elegidos los representantes del pueblo, ya que este –el pueblo- no
gobierna ni delibera sino a través de sus representantes.
En el orden Constitucional argentino este es el precepto que
sostiene la legislación de nuestro país, desde que se sanciono la Constitución
en 1853 y que, Juan Bautista Alberdi abordara en su maravilloso aporte en Las
Bases.
Todas las modificaciones efectuadas a la Constitución, en
1860, 1949, 1957 y 1994 han mantenido sin modificación los Derechos y Garantías
y mantenido la división de poderes y sus correspondientes funciones y atributos.
Se agregaron derechos, los sociales, dándole rango constitucional, tratados
internacionales que han profundizado sobre los derechos humanos, pero nunca han
sido cercenados los derechos preexistentes a la constitución que fuera reformada.
Resulta absurdo negar que “la política” había quedado fuera
de la opción de la designación o remoción de los jueces, simplemente se
conformo una instancia previa, ya que la pre-selección de los jueces o su potencial
remoción, se efectuaba a través de un instituto incorporado a la reforma que
tiene por objeto “profesionalizar” la selección de los potenciales magistrados
para su selección y actuar como ente de investigación para darle entidad a la remoción
de los mismos. Para ambos actos requirió la aplicación de mayorías calificadas
y, ese organismo se integro con los representantes políticos –senadores y
diputados- y de los integrantes de los Colegios de Abogados y del Consejo de
Magistrados, quienes elevaran al Poder Ejecutivo las ternas correspondientes a
la elección que luego el Senado le terminaría dando su acuerdo.
En el caso de la remoción, y aprobada la instancia de remoción,
el Congreso terminaría actuando como Jury de enjuiciamiento.
Por lo tanto, en todo momento la instancia político interviene
en lo relación al nombramiento o destitución de los jueces, con un paso previo
que la Constitución vigente al momento de la reforma, la de 1957, no
contemplaba.
El Gobierno se quiso llevar por delante la letra de una Constitución
que había sido reformada 4 veces y, que en sus reformas no había nunca
modificado las mayorías que debían intervenir en las situaciones que
involucraban a los jueces.
¿Es la Democratización de la Justicia el fin del Gobierno? Al
menos en mi opinión este fue un primer intento de modificar, a través de una
ley, algunos artículos de la Constitución, la soberanía popular está plenamente
reconocida en la Constitución Nacional, pero su contralor está plasmada en la Constitución
y la constitución reafirma el rol del Poder Judicial que tiene por finalidad
poner en pie de igualdad a los ciudadanos al enfrentarse en los estrados con
los conflictos.
Es cuanto menos sospechosa la argumentación del Dr.
Zaffaroni que, en su calidad de constituyente defendió la actual conformación del
Consejo de la Magistratura, hoy votando en contra de sus propios dichos. Todos sabemos
cuál es el cadáver que Zaffaroni tiene en el ropero, por lo cual resulta más
que insólita su posición.
Por lo tanto esto frena muchas cosas, entre otras frena una porción
importante del “vamos por todo” filosofía del gobierno y puesta de manifiesto
en un “relato” que podrá ser considerado democrático, pero jamás Republicano.
No se quedara quieto el Gobierno, ya salieron sus espadas,
Gils Carbo, Abal Medina, Animal Fernández y otros a cuestionar a la Corte de
Lujo que supo elegir Nestor Carlos Kirchner, que según el Ministro de Justicia
Alak califico de poco democrática, aunque manifestó que se acataría el fallo de
la Corte.
Otro duro revés tuvo el Gobierno, al cerrar el fallo sobre
el predio de la Sociedad Rural, predio al cual el Gobierno quería echarle mano,
como represalia ante las diversas manifestaciones de los integrantes del campo
que se enfrentan a las medidas adoptadas por el gobierno y que han llevado a
nuestra industria alimentaria a la peor situación de su historia, habiendo
perdido muchos puestos en la producción, que hicieron a la Argentina una marca
distintiva en el mundo.
Tantas malas noticias juntas no amedrentaran al Cristinismo,
no renunciaran al vamos por todo, por lo tanto debemos estar atentos y ver que
atajo toma ahora el gobierno para seguir desafiando la ley e imponer, al estilo
venezolano su propio modelo como estatuto nacional.
Las elecciones que estamos por enfrentar tienen un papel muy
importante y en esto coincidimos con el Dr. Roberto Lavagna, ya que si no se
neutraliza al Gobierno en el Congreso, no habrá República en el 2015, con
independencia de lo que digan las encuestas que conocemos.
Si sin pudor pueden robar como lo hacen, no les temblara el
pulso mediante el fraude lograr algo
distinto de lo que las urnas digan, por otra parte, la oposición le está
haciendo el juego, con su vedetismo, para que esa presunción se consume.
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1 comentario:
Enrique, la Constitución dispone que dos poderes sean elegidos por el voto y haya una cierta distribución de responsabilidades en función de mayorías y minorías.
La integración del poder Judicial no puede ser consecuencia del voto popular, ya que su función principal es la defensa de las minorías ante el avasallamiento de los otros dos poderes. Como las minorías de hoy pueden ser las mayorías de mañana y viceversa, es un despropósito que los jueces sean propuestos en listas partidarias, por obvias razones.
Pero parece que CFK se cree eterna (ella y varios de su entorno!!) y por supuesto, quiere unos jueces que respalden esta mayoría (?) circunstancial.
Parece mentira que haya egresado de una escuela de Leyes.
Un abrazo Juan Ramon
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