Tiempo atrás un viejo amigo mío político de raza y que tuvo un paso destacado por el gobierno cuando yo militaba en las filas del MID me dijo: “estimado, al gobierno se llega con los amigos, pero se gobierna con los intereses” ya que según su opinión y experiencia, los amigos cubren las espaldas y los intereses cubren la gestión.
Por Enrique García-Mansilla
Gobernar no es fácil, así como para ser político hay que tener un olfato especial y una picardía particular. Para dirigir una institución o una empresa se requieren otras aptitudes.
Los generadores de imágenes o los especialistas en comunicación podrán, en un momento determinado, hacer un buen trabajo, pero los pingos se ven en la cancha y una vez encaramados en el poder.
Veamos sino el caso de Fernando de la Rúa, que fue una creación publicitaria con el famoso “dicen que soy aburrido” y no solo resultó aburrido sino inepto, por el contrario Chacho Alvarez, mas pícaro, cuando vislumbró que de la Rúa no dejaba desatino por hacer, se mando a mudar y valoró más su propio prestigio político que la función que ocupaba en el gobierno y allí comenzó la caída del proyecto de la Alianza, o el caso Cobos que frente a una tormentosa determinación priorizo otros intereses que aquellos por los cuales había sido elegido.
Macri, empresario exitoso, directivo de una institución de la importancia de Boca Juniors, también exitoso, no deja de tener problemas ya sea con el gobierno nacional o con su propia gestión no por incapaz o incompetente sino por falta de olfato político para la toma de algunas determinaciones que según sean puestas frente a la opinión pública tienen una u otra repercusión.
El ciudadano porteño es una rara avis en su comportamiento político, si no arreglan las calles, veredas y parques, protesta pero si las arreglan e interfieren en su camino, también. Si los hospitales funcionan no premia pero si no funcionan castiga, y así con todos los actos de gobierno.
Cierto es que resulta cuanto menos insólito que el Jefe de Gobierno de la Ciudad, que está a solo un cruce de plaza del Gobierno Nacional, no pueda encontrar un sendero de comunicación que le permita consensuar medidas mínimas de convivencia política con su oponente, es cierto que el Gobierno de la Ciudad, tal como fue diseñado en la Constitución de 1994, no puede ni debe limitarse a reparar baches, arreglar veredas y mantener limpias las plazas, el distrito federal de la Nación requiere algo más que un decorado máxime cuando habitan en el mas de 3 millones de personas y otras tantas ingresan diariamente a la ciudad a trabajar o efectuar gestiones que solo pueden hacerse en ella.
Es inconcebible que la Justicia porteña se limite tan solo a vigilar infracciones de tránsito, habilitación de locales, o sea que sea meramente contravencional, la Nación debió haber trasladado a la Ciudad Autónoma los Códigos de Fondo y sus requerimientos jurisdiccionales y reservarse los delitos federales que son los que les atañe. Para ello también debería transferirle los medios de prevención policiales que hoy están afectados a la ciudad, con su correspondiente presupuesto y conducción dependiente y evitar que la ciudad tenga que crear una policía paralela que todavía no se sabe bien cómo ha de funcionar y si se limitara a tareas de segundo orden en lugar de intervenir en los delitos marcado por los Códigos.
Por otra parte resulta inaceptable que para contraer empréstitos que financien obras necesarias en una ciudad que crece, deba el Jefe de Gobierno requerir el concurso del Ministro de Economía de la Nación, en definitiva, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con su autonomía perdió en lugar de ganar, ya que el gobierno nacional o traba o se lava las manos o en algunos casos yo diría, pone palos en la rueda.
Y ello por solo mencionar algunas cuestiones pero, no es menos importante el transporte público, sea de la modalidad que sea, que esta fuera del alcance de la Ciudad Autónoma, como sus casinos y puertos.
Buenos Aires, es, por otro lado territorio “liberado”, sus vecinos se enfrentan a diario con las hordas piqueteras, disfrazadas de ONG’s, estudiantes secundarios involucrados en conflictos ajenos, conflictos gremiales en los subterráneos que ni el gobierno ni los sindicalistas pueden o quieren resolver, y quienes deben garantizar el uso del espacio público, la Policía Federal, no acata ordenes de fiscales o jueces, sino las que les da el Gobierno, todo bajo el justificativo que la represión es un atentado contra los Derechos Humanos, por lo tanto en vez de dispersarlos los cuidan.
Si no se puede negociar hay que demandar y para ello está la Justicia y que en definitiva la Corte Suprema dirima las diferencias y no limitarse a la queja o la resignación, no se lo merece Buenos Aires, no se lo merecen sus vecinos, así sí “estará linda Buenos Aires”
Recuerden que siempre he sostenido que ganarle a los K no es un hecho menor y ya lo estamos viendo en muchos aspectos de su gestión política.
Pero Don Mauricio ha cometido algunas torpezas propias de su falta de experiencia política que le están dando dolores de cabeza.
Nombrar al “Fino” Palacios para Jefe de Policía de la ciudad fue un desatino aunque suene como sonajero al caminar por las condecoraciones recibidas, tan solo por el hecho de estar simplemente mencionado en dos causas de mucha sensibilidad, su nombramiento era políticamente incorrecto y alguno de sus adláteres debió haberlo advertido, ahora les hicieron el cuento del tío con este tal James, espía profesional de la policía federal, que se introdujo o lo introdujeron en el gobierno y esto le da pasto a los enemigos para decir y escribir lo que se quiera y lo están haciendo.
Ha habido otros, pero felizmente o desgraciadamente la memoria del argentino es frágil y aun falta mucho para el 2011 y cuidado, esto juega también a favor de los K.
Por ello, cuando se tienen aspiraciones, ideas y capacidades para pretender posiciones más elevadas, es necesario armarse de herramientas diferentes a las que usaríamos en la empresa, que sin ser invalidas, no son suficientes y es más eficiente estar rodeado de intereses afines que de amigos inteligentes porque lo que termina ocurriendo es que uno pierde el amigo y fracasa en la gestión.
Enfrentarse en una discusión dialéctica los Jefes de Gabinete de la Nación y la Ciudad no contribuye, alguien se equivocó y esa equivocación o picardía le da al Dr. Fernández la posibilidad de mencionar el caso James como el MacriGate y eso no le hace bien ni al Pro ni a Macri y Fernández nada tiene que perder, porque no tiene escrúpulos que preservar.
Lo que si resulta extraño es que, frente a cada intención del Poder Ejecutivo de sancionar alguna ley cuanto menos conflictiva, surjan estas nubes de humo que por su amarillismo encantan más a la población que en el fondo las leyes que se tratan.
Recordemos que la Ley de Medios estuvo rodeada de la muy publicitada mafia de los medicamentos y hoy de eso no se habla, la ley de Reforma Política coincide con este caso que paradojalmente tiene al Juez Oyarbide también en el centro de la escena y que los medios no dejan de mencionar.
No creo en las brujas, pero, como bien dice el refrán, que las hay las hay y por ello hay que ir con pies de plomo y no prestarse al juego macabro del Gobierno, el escándalo.
La contradicción política de la Dra. Carrió, la contracara de la moneda de Cristina Fernández, manifiesta un encono particular con Macri que no se condice con sus deseos de unificación de la oposición y permanentemente embarra la cancha denostando al líder del Pro, esto no le hace bien a la democracia y menos aun a la oposición colocándolos en situación de gallinero.
No quisiera ser tripa en el estomago de Carrió que se comió el sapo de los socialistas que le jugaron en contra en la votación de la ley de Medios, con ridículas excusas sobre un mamarracho semejante, pero necesita Santa Fe si aspira a presidir el país.
Ahora tendrá que digerir otro sapo más, ya que el Gobernador Binner seguramente apoyara esta ley de Reforma Política que en la medida que pueda ser desmenuzada a fondo mostrara la trampa que encierra.
No hay en política ni amigos eternos ni enemigos irrecuperables, recuerden que “un viejo adversario despide un amigo” y ese adversario estuvo silenciado durante muchos años de la escena política y por intereses superiores supo cruzar el cerco.
Los extremismos ideológicos se terminaron con la caída del muro de Berlín, los fundamentalismos se transformaron en terrorismo. Los autoritarios usan pues a la Democracia, con todos sus defectos para imponerle a la sociedad sus ambiciones. Esto no construye Republica y mucho menos Constitucionalidad. Llamemos a las cosas por su nombre.
En política como en química, nada se pierde y todo se transforma, salvaguardando ciertos principios morales y éticos, cuando se los tiene.
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