Abel Posse, Ministro de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Por Enrique García-Mansilla
Llegamos a fin de año con una sociedad hastiada y asqueada, los hechos que se han ido sucediendo han tenido tal repercusión en la gente que se refleja en los índices de popularidad que muestran el matrimonio gobernante y que ellos o ignoran, cosa que dudo, o nos les importa, total Moyano les llena un estadio con sus camioneros y ello les genera la ilusión de que el pueblo está con ellos y se encuentra maravillado con su modelo de inclusión y distribución del ingreso, cuando lo que vemos en la realidad es que la verdadera distribución es de más pobreza, mas indigencia y, como corolario, mas inseguridad y desconfianza.
El pueblo, sobre todo el pueblo humilde, el desempleado, el marginado podrá tener una cuota alta de ignorancia pero estén seguros que no tiene ni un pelo de sonsera o estupidez y percibe y vive la realidad cotidiana que supera todo lo imaginable. Basta ver en su entorno para encontrar las respuestas a la acción de Gobierno que supimos conseguir.
La inflación presente más la inflación esperada no nos permiten avizorar una mejora en los estándares sociales, muy por el contrario, los dramas cotidianos que viven millones de nuestros conciudadanos se han de profundizar y no hace falta ser un investigador económico para avizorar lo que ha de venir.
En el presupuesto general de la nación se aprobaron partidas de recursos fiscales para atender los vencimientos de la deuda que ocurrirán durante el 2010, ahora esos recursos, según explico el Ministro de Economía, podrán ser destinados a otros fines tales como incremento del gasto público ya que las obligaciones se atenderán con el manotazo que se le está haciendo a las reservas del Banco Central, con la suspensión de la ley que las restringía el endeudamiento de Capital y Provincias, permitirá a la Ciudad de Buenos Aires y algunas Provincias salir a endeudarse para planes de inversión o gasto corriente y allí tendremos también una fuerte inyección de fondos en el mercado.
Como no ha habido inversión productiva, la actividad crecerá hasta los niveles de capacidad instalada y por lo tanto los precios subirán una vez agotada esa capacidad.
El recurrir a las reservas del Banco Central, al igual que la confiscación de los ahorros de las AFJP es un clásico de este Gobierno, que explica tales actos de una manera que, algunos, en su ignorancia, no se imaginan la hipoteca que dejan hacia el futuro, no solo en mataría jubilatoria, sino en termino de las relaciones técnicas reservas vs. masa monetaria, no obstante las consecuencias, no tienen pudor y van “por todo” como bien lo dijera el ex Presidente en las pasadas elecciones del 28 de Junio.
Escribió Roberto Cachanosky en economiaparatodos.com: “Veamos los datos. En diciembre de 2001 el stock de deuda pública, al momento de anunciarse el default, sumaba U$S 144.222 millones (fuente ASAP). Al 30 de junio de este año, el stock de deuda pública sumaba U$S 170.634 millones incluyendo los atrasos con el Club de París y los casi U$S 30.000 millones que se le debe a los holdouts. La deuda supera a la del 31 de diciembre del 2001 en algo más de U$S 26.000 millones luego de haberle pagado al contado al FMI y de haber hecho una quita memorable en 2005. Medido contra el PIB, en 2001 la deuda representaba 53,7% y al 30 de junio pasado era equivalente al 56,7%. Es decir, aún habiéndole pagado al FMI al contado y habiendo hecho una quita monumental, la deuda subió 3 puntos porcentuales respecto al PIB. ¿Qué tipo de desendeudamiento es este? ¿Qué entenderá el Gobierno por desendeudarse? ¿Incrementar la deuda?
En segundo lugar veamos el tema reservas, un debate interminable que tengo con el BCRA. Se habla de reservas excedentes. ¿Excedentes de qué? De acuerdo a lo que informa el BCRA al 30 de noviembre pasado, las reservas ascendían a U$S 47.132 millones. Dentro de esa cifra se incluyen U$S 7.249 millones que son encajes que constituyeron los bancos en el Banco Central por los depósitos en dólares que recibieron. Puesto de otra manera, el BCRA le debe ese monto a los bancos y los bancos se los deben a los depositantes. Salvo que el Gobierno esté pensando en hacer una suerte de plan BONEX con los depósitos en dólares o algún bono “patriótico”, no veo la razón por la cual el BCRA coloca en las reservas U$S 7.249 millones como si fueran propios”.
El ingreso Universal, que no es en absoluto universal, y los planes argentina trabaja han causado un desmadre de Organizaciones Sociales que por no responder a las ordenes de los punteros políticos están quedando marginadas de sus beneficios y por ello los ciudadanos de la ciudad se encuentran presos de las tomas del espacio público ciudadano, sin que ningún fiscal o juez tenga el valor de hacer cumplir la ley que habilite la protección del derecho de transito de los vecinos de Buenos Aires.
Scioli ya no sabe que decir o hacer en la Provincia con los actos de inseguridad en el conurbano bonaerense, ciudadanos fusilados, desaparecidos que no aparecen o aparecen tarde por la inoperancia policial, una feroz interna entre la Bonaerense y el Ministro de Seguridad es el legado del Gobernador que se jacta de haber sido pionero en la lucha contra el flagelo de la inseguridad, la realidad es que los habitantes de la Provincia también son rehenes de los delincuentes y de la misma Bonaerense según los dichos de la máxima autoridad provincial en la seguridad.
Por lo tanto cuesta pensar en que estamos próximos a unas felices fiestas, todos deseamos que el año pase y pase rápido, porque en los pocos días que quedan la imaginación psicopática de nuestro matrimonio gobernante puede agregarle algún daño mas a los tantos que le ha infringido a la República sobre todo estos dos últimos años.
Tal como dijo el Senador Juez se gobierna desde el Ejecutivo, el Congreso intentará mediante leyes ponerle algo de razonabilidad a la gestión presidencial pero si la vetocracia se apodera del poder, el nivel de conflictividad será muy grande y con el vendrá acompañada una inseguridad aun mayor.
Es duro escribir esta columna, es duro no poder cerrar esta nota con una luz de esperanza no solo para mis lectores sino para mí mismo, ya que mi tarea es simplemente reflejar la realidad que vemos y vivimos a diario.
Kirchner dijo antes de las elecciones: “Yo o el caos”, ahora debemos redimensionar la frase y ponerla en su justa dimensión: “Yo, el caos”, porque es en el caos, en el descontento, en la inseguridad en la falta de respeto a las instituciones y leyes de la República, en donde el matrimonio Gobernante se refugia para seguir alardeando de un poder que la ciudadanía les quito hace tan solo unos meses. No escuchar ese mensaje, será a la corta o a la larga, un castigo que hemos de padecer todos los ciudadanos.
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