martes, 10 de abril de 2012

LA GUERRA DE LAS MALVINAS: 10 DE ABRIL DE 1982


“Como suele pasar, el destino de uno/a no lo maneja
ni Dios ni el demonio, está en manos de un/a imbécil”
Noche de Lobos, novela de Abel Posse


El lunes pasado, fecha en la que se conmemoró el 30 aniversario del inicio de Guerra de las Malvinas, la Señora PresidentE/A desde la ciudad de Ushuaia presidio el acto central efectuado por el Gobierno Nacional.

Como en todos los actos en lo que se presenta CFK., con independencia del motivo que la convoque, con un discurso demagógico arengo a los argentinos en el sentido de remarcar que, la determinación de la guerra no había tenido el consentimiento del pueblo y, que ese pueblo no era libre para tomar la determinación.

No me imagino a ningún Jefe de Estado, cualquiera sea su origen, convocando al parlamento o a un referéndum para requerir autorización para efectuar un ataque sorpresivo, sea para recuperar su territorio o para invadir territorio ajeno pero, ademas debe conocer la Señora PresidentE/A que para ese entonces el Gobierno de Facto contaba con el reconocimiento de casi todos los países del mundo, y ello es así, en virtud de lo que denominamos la continuidad de las acciones de los Estados, esto es tan válido para este hecho, el de esta guerra, como para otros, por ejemplo la deuda externa, que CFK se la pasa diciendo que su gobierno paga deudas contraídas por otros, alguna materia de Derecho Internacional se le debe haber escapado, ya que ella se ufana de ser abogada.

En la Resolución de las Naciones Unidas de 1965, se reconoció la existencia de un conflicto bilateral por la soberanía y se insto a las partes a sentarse y mediante el dialogo resolver dicho conflicto, atendiendo el “interés de los habitantes de las islas”, sobre esta resolución la argentina ha enfatizado su reclamo por la Soberanía por las islas, sin que hasta la fecha se haya logrado resultado positivo alguno.

Tres actos políticos con multitudinaria participación ciudadana ocurrieron en la argentina, no digo que sean los únicos actos, pero si afirmo que ningún otro los ha equiparado en número y algarabía: el primero el 17 de octubre de 1945, el segundo septiembre de 1955 y el tercero, el 10 de abril de 1982, estos dos últimos los viví y presencie, al primero basta mirar Sucesos Argentinos, u otros noticieros fílmicos de la época.

Los tres actos se produjeron bajo el signo de gobiernos de facto, Farrell, Lonardi y Galtieri, curiosamente, el primero llevo a Perón a la Presidencia, el segundo apoyo el golpe de Estado contra Perón y tercero es el que manifestó el apoyo popular a la invasión efectuada días atrás a las Islas Malvinas.

En esta última manifestación estuvieron presentes dirigentes políticos y sindicales de variadas corrientes de pensamiento.

Por lo tanto decir que la Guerra no tuvo apoyo ciudadano es una visión muy ciega de la historia y, ademas ya sabemos que para CFK todos los males del país surgen de ese periodo oscuro de nuestro país.

La heroicidad de nuestros soldados, la dignidad y valentía tanto de nuestros pilotos de aeronáutica como de nuestra armada ha sido suficientemente elogiado por propios y extraños y exaltada por los propios británicos, entre ellos quien comando a Gran Bretaña en la recuperación de las Malvinas.

Los errores políticos y diplomáticos cometidos en esa época, como las espurias razones para encararla por parte de la Junta Militar ya han sido suficientemente expuestos.

Lo que quiero destacar es que la forma en la que CFK encara el problema, mediante discurso de barricadas y amenazas de bloquear el comercio con el Reino Unido, no me parece un método eficaz y mucho menos acorde con la necesidad que la argentina tiene de que los Británicos decidan sentarse a la mesa.

Que no haga la Señora PresidentE/A de este tema una batalla de tribuna, porque no es ni allí, ni durante su gobierno que se alcanzara avanzar en la recuperación de nuestras Malvinas.

Ha manifestado CFK que estará presente en la próxima reunión del Comité de Colonización, un comité de cuarta categoría que cuando mucho esta concurrido por embajadores, cuanto más por los Cancilleres, por lo tanto es de esperar que la intervención ´presidencial en el mismo sea austera y no utilice a ese Comité como otra herramienta de propaganda política y de exaltación de un nacionalismo absurdo que poco ha de contribuir al fin deseado.

Ya lo he escrito antes, la diplomacia tiene sus tiempos, sus adelantos y retrocesos como así también su estancamiento y no es con metodologías imperativas que obtendremos el apoyo del mundo, mundo al cual solemos desairar y enfrentar con políticas erráticas y circunstanciales que hacen que nuestra integración a la globalidad sea conflictiva.

Ya se han expresado nuestros socios del Mercosur u los países de la región, cuarenta países de la Organización Internacional de Comercio, no sigamos sumando antagonismos en un mundo con problemas y ser nosotros un problema más. Hemos caído en la irrelevancia, no la profundicemos.

Lectores, perdonen que no haya hablado de Boudou, él ya lo hizo.

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