viernes, 28 de febrero de 2014

LA “PERESTROIKA” ARGENTINA



(Perestroika (en ruso перестройка, reestructuración) fue un proceso de reforma basado en la reestructuración de la economía puesto en marcha en la Unión Soviética por Mijaíl Gorbachov con el objetivo de reformar y preservar el sistema socialista, pues quería dar a la sociedad soviética un cierto espíritu de empresa e innovación. Este proceso, acompañado también de una cierta democratización de la vida política, trajo varias consecuencias a nivel económico y social que provocaron el fin de la era de Gorbachov y el colapso y desintegración de la URSS. Wikipedia)

Como no podía ser de otra forma, los gobiernos populistas y/o progresistas del “Socialismo del Siglo XXI” terminan con el relato deshilachado y adoptando medidas que contradicen todo su discurso y confrontan con todo su relato, es frente a esto a lo que nos enfrentamos hoy en la Republica Argentina.

Primero, los hechos: (la enumeración de los hechos no guarda un estricto orden cronológico) Abrupta devaluación de la moneda (20%), cuasi-sinceramiento del IPC, mantenimiento de los índices dibujados del crecimiento del PBI (4,9%) del 2013; cuasi-liberación de el cepo cambiario para atesoramiento y ahorro; intención de arreglo con el Club de Paris; abrupta suba de la tasa de interés (contracción de actividad económica); de precios congelados a precios acordados (¿?); fuerte caída del salario real con aumentos por debajo de la inflación (pasada 28%  proyectada del 30%); pago de confiscación de YPF a Repsol por la suma de USD 5.000 millones; presunta baja de subsidios, básicamente servicios públicos; acercamiento al FMI o “el imperio”.

De Lenin a Gorbachov la URSS estuvo 68 años bajo un riguroso régimen Marxista hasta que la realidad del mundo la llevo a su propia desintegración, en la argentina el “régimen del crecimiento, con inclusión social y recuperación de la participación del salario, con fuerte apoyo en el mercado interno y producción nacional con valor agregado” duro tan solo 10 años y 7 meses, presagiando un fin de ciclo mucho mas abrupto y duro que lo que el propio régimen pretendía.

Le toca conducir este proceso al Lic. Axel Kicilof, economista de extracciones marxista que pretendía acceder a esa posición y llevar adelante medidas de corte “progresista”. La realidad supero a la ficción.
¿Cómo denominara la Dra. Cristina Fernández este viraje?, quizás en una próxima “cadena nacional” tenga a bien explicarlo para que “el pueblo sepa lo que está pasando” o de esto no se habla y, como otros temas de significativa importancia, seguiremos con el “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”, y se supone que estos cambios se efectúan para generar confianza y credibilidad. ¿Para qué?: para conseguir dólares.

Hay un plan económico estructurado para bajar la inflación, reducir el déficit fiscal y levantar restricciones operativas con divisas?; ¿hay un equipo económico idóneo y bien compenetrado en las reformas que se están haciendo o por hacer?, ¿hay convicción o necesidad?, estas preguntas y repito, los próximos discursos presidenciales deberían comunicar a la sociedad toda las medidas que se han de adoptar y el costo que caerá sobre la ciudadanía por un ajuste feroz, hecho desprolijamente y sin convicción, por la mera necesidad del agotamiento del resultado del crecimiento y el fuerte choque con la realidad.

“Cosas vedere Sancho que non crederes” decía el Hidalgo Caballero. Pues como Sancho estamos los argentinos que, a esta altura de la historia de los pasados 50 años, hemos visto y padecido todos los experimentos económicos posibles y seguimos asombrándonos.



Las próximas semanas verdaderamente veremos como sigue este proceso y como acabamos los ciudadanos de una republica a la que se le miente y se la engaña consistentemente.





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