
jueves, 24 de abril de 2014
PENSANDO EN VOZ ALTA

Los sociólogos, que tenemos un problema de una gran brecha
social que divide a la sociedad, otro que hay un fuerte problema de corrupción
que se ha hecho carne en la sociedad toda.
Los políticos hablan de la inseguridad que nos mata por la
calle o en nuestras casas y tememos por la integridad de nuestras familias y de
allí el descontento social.
Todos, en definitiva hablan de un problema de ausencia del
estado, de la inflación y la emisión monetaria que la genera, de las
recurrentes crisis cambiarías que degradan nuestra moneda, impiden la inversión
y no genera nuevas alternativas para los ciudadanos.
Los especialistas no dejan de comentar que, aunque sea
elevado el presupuesto educativo, la educación es mala y que comparativamente
esta peor en un país que supo tenerla de excelencia.
Para mí, y desde mi ignorancia, todos estos son problemas
morales, y quizás el más profundo de ellos es la inflación que carcome el
salario, degrada el trabajo, y hace ilusoria la educación y, la oferta política
nos ofrece mas estado, con sus subsidios, sus planes sociales clientelares, no
he escuchado a los políticos ni del oficialismo ni de la oposición hablar de
libertad, de brindarle a la sociedad más libertad y cumplir el estado su rol de
asegurar los derechos que la Constitución Nacional otorga.
¿Puede haber división de poderes con un legislativo que no
discute e incorpora ideas ajenas que hagan los proyectos más racionales?,
¿podemos pedirle a la justicia que, sin recursos y con procedimientos perimidos
tenga verdadera independencia y jueces a la altura de las necesidades de la
Nación?, cuando estamos inmersos en un súper presidencialismo agobiante ¡que
nos quiere dar mas estado y menos libertades!
Este gobierno en particular quiere darnos un estado de
bienestar que no puede sostener, sustituir la inversión con planes sociales,
sean estos universales o sociales, en lugar de crear las condiciones objetivas
para que prospere el campo, la industria, el comercio y la cultura del
esfuerzo.
¿Somos verdaderamente consientes de las implicancias
individuales en una sociedad que espera mas estado a costa de las libertades?,
¿sabemos en definitiva el precio que estamos pagando en una sociedad en que
todas las capas sociales están presas de la intromisión del estado y de lo que
ello implica?
Hemos tenido todo tipo de estado, ensayado todos los estados
de bienestar con sus diversos orígenes ideológicos, no será hora de que los
argentinos hagamos una apuesta a la libertad, esto es lo mismo que decir, una
apuesta a nuestros propios valores individuales y que se potencien en lo colectivo
La oferta política del 2015 de todo el arco político suena a
más de lo mismo y todos hablan de cambio, ¿pues no será la hora de cambiar con
seriedad hacia una política de libertades más amplias pero con
responsabilidades más serias y derechos más equitativos?
Hemos fracasado con tantas alquimias, porque no darle una
oportunidad a la libertad, abandonar el discurso demagógico de los
imperialismos, las corporaciones y hacer la verdadera y única corporación común
que necesitamos, la corporación de la República
, con verdaderos poderes
independientes y que se respeten, sin figuras paradigmáticas sino con hombres y
mujeres que, con visión de futuro propongan a la sociedad un futuro más sano,
moral y serio, administrando un presenta lleno de obstáculos y traumas, sin que
impere la mentira, la farsa y la demagogia y que incluya a todos y genere
oportunidad para todos.
Ya estoy cansado de escuchar un futuro para nuestros hijos
como si los mayores debemos resignarnos al fracaso, la frustración y el
ostracismo, es la hora del presente y así construiremos ese futuro tan
proclamado.
No es libertad y progreso, es progreso porque tenemos
libertad, que es crear, llamar al talento, impulsar el conocimiento, convocar
al esfuerzo individual que se potencie colectivamente.
Hemos probado tantas cosas y nos fue mal, convoquemos a la
decencia, a la gestión seria e integremos al país y desde ese país integrándonos,
al mundo.
Tenemos las herramientas, ¿tendremos los hombres y mujeres
para hacerlo?
martes, 1 de abril de 2014
LA EDUCACIÓN Y EL CONFLICTO

1) Mas dinero, mayor participación de recursos sobre el PBI
(6%) no garantizan una educación mejor ni mucho menos de excelencia.
2) Los maestros (no docentes y no trabajadores de la
educación) maestros nunca estuvieron bien pagos, alguna épocas mejor otras
peor, pero jamás bien pagos y sin embargo pudieron llevar otrora a la educación
argentina a un estadio de calidad que era reconocido y demandado por muchos
países del mundo y, sobre todo América.
3) No habrá educación seria y mucho menos de excelencia si
la alianza educativa es entre padres y sindicalistas, o es entre padres y
maestros o no es educación seria.
4) El problema no es calefacción en las escuelas, yo me
eduque en una escuela con sabañones, pantalones cortos, aula con bufanda y, me
sirvió y gracias a ella he podido construir una vida profesional razonablemente
exitosa, sus maestros y contenido nos daban lo necesario.
Concluyo:
Tres millones y medio de padres, a la expectativa de una
extorsión sindical, esperaron cómodamente que el problema se los solucionara el
Estado, ellos son también parte del problema, debieron tomar una actitud más
firme, más profunda y contribuir con su contundente reclamo a la solución de
este reiterado y extorsivo sistema que año a año dilata el comienzo de las
clases pero que, además por sus contenidos y la calidad de los maestros, ahora
si docentes o trabajadores de la educación, imparten a nuestros hijos.
Se jacta este gobierno de la "movilidad social
ascendente" y ella no puede surgir ni de planes sociales clientelares ni
de asignaciones universales populistas, esa movilidad, como ya lo probo el
pasado solo puede ser efectiva a partir de una educación seria, rigurosa y
sobre todo con continuidad que genere no solo conocimiento, sino valores y más
aun, la conciencia de que con ese conocimiento con el esfuerzo hacen que
cualquier meta es alcanzable.
Así la Republica Argentina fue, en el pasado una gran,
prospera y envidiable Nación.
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