jueves, 24 de abril de 2014

PENSANDO EN VOZ ALTA

Los economistas dicen que los problemas argentinos son económicos, que la mala praxis de los diversos gobiernos de hace por lo menos cincuenta años son los que han limitado el crecimiento en el país.
Los sociólogos, que tenemos un problema de una gran brecha social que divide a la sociedad, otro que hay un fuerte problema de corrupción que se ha hecho carne en la sociedad toda.
Los políticos hablan de la inseguridad que nos mata por la calle o en nuestras casas y tememos por la integridad de nuestras familias y de allí el descontento social.
Todos, en definitiva hablan de un problema de ausencia del estado, de la inflación y la emisión monetaria que la genera, de las recurrentes crisis cambiarías que degradan nuestra moneda, impiden la inversión y no genera nuevas alternativas para los ciudadanos.
Los especialistas no dejan de comentar que, aunque sea elevado el presupuesto educativo, la educación es mala y que comparativamente esta peor en un país que supo tenerla de excelencia.
Para mí, y desde mi ignorancia, todos estos son problemas morales, y quizás el más profundo de ellos es la inflación que carcome el salario, degrada el trabajo, y hace ilusoria la educación y, la oferta política nos ofrece mas estado, con sus subsidios, sus planes sociales clientelares, no he escuchado a los políticos ni del oficialismo ni de la oposición hablar de libertad, de brindarle a la sociedad más libertad y cumplir el estado su rol de asegurar los derechos que la Constitución Nacional otorga.
¿Puede haber división de poderes con un legislativo que no discute e incorpora ideas ajenas que hagan los proyectos más racionales?, ¿podemos pedirle a la justicia que, sin recursos y con procedimientos perimidos tenga verdadera independencia y jueces a la altura de las necesidades de la Nación?, cuando estamos inmersos en un súper presidencialismo agobiante ¡que nos quiere dar mas estado y menos libertades!
Este gobierno en particular quiere darnos un estado de bienestar que no puede sostener, sustituir la inversión con planes sociales, sean estos universales o sociales, en lugar de crear las condiciones objetivas para que prospere el campo, la industria, el comercio y la cultura del esfuerzo.
¿Somos verdaderamente consientes de las implicancias individuales en una sociedad que espera mas estado a costa de las libertades?, ¿sabemos en definitiva el precio que estamos pagando en una sociedad en que todas las capas sociales están presas de la intromisión del estado y de lo que ello implica?
Hemos tenido todo tipo de estado, ensayado todos los estados de bienestar con sus diversos orígenes ideológicos, no será hora de que los argentinos hagamos una apuesta a la libertad, esto es lo mismo que decir, una apuesta a nuestros propios valores individuales y que se potencien en lo colectivo
La oferta política del 2015 de todo el arco político suena a más de lo mismo y todos hablan de cambio, ¿pues no será la hora de cambiar con seriedad hacia una política de libertades más amplias pero con responsabilidades más serias y derechos más equitativos?
Hemos fracasado con tantas alquimias, porque no darle una oportunidad a la libertad, abandonar el discurso demagógico de los imperialismos, las corporaciones y hacer la verdadera y única corporación común que necesitamos, la corporación de la República
, con verdaderos poderes independientes y que se respeten, sin figuras paradigmáticas sino con hombres y mujeres que, con visión de futuro propongan a la sociedad un futuro más sano, moral y serio, administrando un presenta lleno de obstáculos y traumas, sin que impere la mentira, la farsa y la demagogia y que incluya a todos y genere oportunidad para todos.
Ya estoy cansado de escuchar un futuro para nuestros hijos como si los mayores debemos resignarnos al fracaso, la frustración y el ostracismo, es la hora del presente y así construiremos ese futuro tan proclamado.
No es libertad y progreso, es progreso porque tenemos libertad, que es crear, llamar al talento, impulsar el conocimiento, convocar al esfuerzo individual que se potencie colectivamente.
Hemos probado tantas cosas y nos fue mal, convoquemos a la decencia, a la gestión seria e integremos al país y desde ese país integrándonos, al mundo.
Tenemos las herramientas, ¿tendremos los hombres y mujeres para hacerlo?

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