lunes, 12 de abril de 2010

ESTRATEGIA, PRODUCCION , VALOR DEL TRABAJO: UN PROYECTO NACIONAL

"Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora
que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
(Albert Einstein)



Estamos en abril del 2010, la crisis económica sucedió en 2001/2, allí el país toco fondo, la sociedad argentina empobrecida, sintió que el futuro era una utopía y, por ello salió a la calle, tanto las clases medias como las clases más pobres y, en una sola vos y al sonar de cacerolas no dejaban de gritar y clamar “que se vayan todos”, el divorcio entre la clase política, la clase dirigente era tal que absolutamente nadie se sentía representado por nadie y, lo que era peor aún, en ese clamor lo que se estaba manifestando era la perdida de la esperanza.
Desde años atrás, 1995, un político empezó a advertir que la herramienta que había servido para salir de la hiperinflación, estabilizar la economía estaba agotada, que esa misma política produciría una reversión de las virtudes que la habían caracterizado y, empezó a caer el empleo, fabricas que cerraban por falta de competitividad, las exportaciones no generaban crecimiento y, muy pocas actividades podían mantener una suerte de equilibrio inestable que les permitía operar.
La pobreza empezaba a incrementarse, la dignidad del trabajo a perderse, la inversión a desaparecer y las condiciones internacionales no eran de lo más propicias para nuestros productos primarios. Habíamos, con bombos y platillo anunciado al mundo que no pagaríamos nuestras deudas y, a partir de allí, nos fuimos del mundo.
Mientras esto ocurría en esta argentina nuestra, nuestros vecinos avanzaban, firmemente a la consolidación de sus democracias pero con un fuerte crecimiento económico y reduciendo paulatinamente los tradicionales índices de pobreza y, la equidad social se empezaba a restaurar.
Se necesitaba un acuerdo patriótico, esto es, juntar a las fuerzas del trabajo, la producción y a la Iglesia, para que todos en conjunto, comprendiendo la seriedad de la hora, pusieran el hombro para generar las condiciones socio-económicas que permitieran generar la riqueza que luego se distribuiría, en la emergencia para paliar la situación de miles de conciudadanos que vagaban por nuestra nación pidiendo pan y trabajo.
Eduardo Duhalde, entonces Presidente de la Nación logro, con este acuerdo y esfuerzo, poner un freno a la fuerte caída en picada de la Nación, tanto en su situación social, productiva y comenzó a generar, lentamente una luz de esperanza, ínfima pero visible de que salir de tamaña crisis, era posible.
La Nación honro a Duhalde con todos los cargos que un político de raza pueda llegar a aspirar, fue Intendente de su pueblo natal, Gobernador de su Provincia, Vicepresidente de la Nación y posteriormente, como piloto de tormentas gobernar a la Nación en su hora más difícil.
Pese a los avances la convulsión social, lo llevo al adelantamiento de las elecciones, y su sucesor gobernó los primeros años de su mandato con el equipo que él supo integrar para encaminar la nación, con ese equipo se reestructuró la deuda, se aprovecho las bonanzas del comercio internacional con la irrupción de China y la India al mercado de los alimentos, se creció, según el gobierno a tasas “chinas”, pero ni el país se desarrollo ni los males de base fueron corregidos, por el contrario, se abandonaron los acuerdos, se empezon a confiscar la renta de la producción y la resultante no fue otra cosa que la fuga de capitales, la caída en la inversión y nuevamente, de la mano de una inflación dibujada, se comenzó a generar índices de pobreza y desconfianza, ya que se vulneraron principios insustituibles como son la seguridad jurídica y el respeto por los acuerdos alcanzados y, así llegamos a hoy, con índices que no se condicen con los crecimientos obtenidos entre el 2002 y el 2006.
¿Dónde están las Políticas de Estado en materia de seguridad?, ¿Dónde están las Políticas de Estado de aliento a la producción frente a demandantes mercados en el mundo?, ¿Dónde están las políticas educativas serias que posibiliten la inserción laboral?, ¿Dónde está el Federalismo Nacional que permita a las provincias una digna administración de recursos y contribución al crecimiento orgánico de la Nación?
“no se les cae una idea” vocifera la PresidentE/A desde su programa diario “Desde el Atril”, pues es aquí donde esta mujer muestra la histeria de la percepción en el error o quiere desconocer esfuerzos fuertes y firmes que se hacen para generar un proyecto de país que, al menos mire los próximos 20 años y nos acerque a ese estándar de crecimiento con desarrollo que nos permita recuperar, algo de las posiciones que hemos perdido todos estos años.
Pero veamos las ideas de nuestra Mandataria: 1) pelearse con el campo, poniendo retenciones confiscatorias a su producción; 2) eliminando la rentabilidad a la ganadería y limitando las exportaciones con una pérdida de rodeos que sus efectos están en las góndolas; 3) distorsiva política de subsidios a la producción de energía que no lleva a importarla y, que lógicamente se sienten en el surtidor; 4) la política de extorsión sobre los empresarios seguida por el inefable Moreno, apretando a industriales y empresarios, 5) confiscación de recursos a las AFJP, sin una política jubilatoria coherente, para asistir a planes sociales de neto corte clientelista; 6) uso de la reservas del BCRA para pagar deudas internas que deberían ser refinanciadas; 7) aislamiento del mundo política y comercialmente, cerrando la economía; 8) generando un nivel de desconfianza que nos lleva a la fuga de capitales, etc., etc., etc.
No está mal para un Gobierno que se llama a si mismo generador de empleo y redistribuidor de la riqueza.
Por otro lado cuando sus espadas opinan, como el ex Diputado De Petri, cuestiona las ganancias de las empresas, ¿sabrá lo que dice este personaje?, sin ganancias no hay incentivo productivo, sin ganancias no hay inversión pero, lo más importante, sin estrategias no hay inversión ninguna y, por incentivos no estoy hablando de subsidios o apoyos fiscales, estoy diciendo, sin molestar, interferir o trabar.
El Movimiento Productivo Argentino es una organización multidisciplinaria y pluripartidaria que tiene la finalidad de generar un consenso en aquellas políticas que, ajenas a las dicusiones partidarias coyunturales, piense el país con una visión estratégica, sin olvidar la realidad presente pero que lleve al país a recrear definitivamente la cultura del trabajo, de la producción y la inversión.
Dicho así, parece una tarea fácil, pero lejos de serlo, hace falta inteligencia, apartamiento de pretensiones individuales y una alta dosis de patriotismo y sentido común que, generalmente no anima a nuestra clase política.
Duhalde se puso al frente de esta tarea, otros como Terragno aportan sus ideas y visiones y, como ellos dos, otros con experiencia política se acercan a contribuir desde su conocimiento a la formación de ese plan estratégico que el país necesita, imperiosamente para salir de este estancamiento brutal e injusto al que estamos sometidos.
No se ve en Duhalde, al menos desde mi óptica una desmesurada ambición de poder, si se percibe en sus entrevistas, en sus discursos y en sus conceptos una fuerte obsesión por el crecimiento con desarrollo, con colocar a la argentina en un estadio de igualdad con nuestros vecinos serios y dejar de ser el furgón de cola de esta sud América que en algún momento de nuestra historia supimos liderar.
Si esto se comprende, sin preconceptos, sin juicios antojadizos sobre el pasado, tendremos una oportunidad, de lo contrario, Argentina terminara teniendo más de lo mismo, que no es otra cosa que nada.

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