viernes, 11 de junio de 2010

¿OTRA VEZ SOPA?

“Los hombres suelen cometer el mismo error más
de dos veces y, los argentinos recurrentemente”


Cuando observo la evolución económica que se está produciendo en el país tengo toda la sensación de que “yo a esta historia ya la viví”, obviamente que han cambiado los niveles, el mundo es otro y la globalización funciona, se termino la polarización y la aparición de la crisis en los EEUU y su actual extensión a diversos países europeos, han modificado el escenario pero, los resultados me suenan a que no seran muy diferentes.

No podemos acusar a la crisis europea por no haber alcanzado las estimaciones originales en el canje, porque no estamos en el mundo financiero desde hace ya varios años: estamos esconociendo los verdaderos niveles de inflación, al menos desde el sector oficial, aunque los sindicatos en particular y la CGT en general tienen bien claro en donde se encuentra y, esto tiene fundamentos perfectamente identificables, ya que la oferta no acompaña la disponibilidad de dinero que el Gobierno emite sin descaro, al igual que le da “maquina” al gasto público, con una ensalada y entrecruzamiento de subsidios que, van desde el transporte, a los combustibles, y a diversos planes sociales que deben implementarse ya que no hay, salvo en la industria automotriz y siderúrgica , un crecimiento importante de la inversión que permita equiparar a la oferta con la demanda.

Cuando esto ocurre, los gobiernos intervencionistas suelen echar mano los controles de precios, sean estos formales o presionados, pero en ambos casos la pretensión es poner una tapa que presiones sobre los precios reales y, en algún momento, esa tapa estalla.

Por otra parte, la política monetaria va más rápido que la producción y ello ayuda a dos cosas: refugiarse en los bienes durables, u optar por volcarse al tipo de cambio “administrado” que maneja el gobierno que, dicho sea de paso, al verse atacado por la inflación va perdiéndola efectividad y la transferencia de ingresos del sector exportador al importador se hace más evidente, de allí que el Gobierno deba trabar la compra de bienes externos para preservar el famoso superávit comercial, por más que estemos desmintiéndolo en todos los foros y atriles.

Con motivo de la celebración del 75 aniversario de la fundación del BCRA la PresidentE/A ha manifestado que dicha institución no debe estar solamente para respaldar el valor de la moneda, y cuando esto ha ocurrido la escalada inflacionaria ha sido alarmante como lo es hoy, frente a la inflación que se registra en el mundo, donde nos encuentra entre los 4 países de inflación más alta del mundo.

Bien expresado está este concepto por Roberto Cachanosky que en su página de economíaparatodos.com:” El crédito surge del ingreso no consumido. Y, a su vez, para poder otorgar crédito debe haber cierto grado de estabilidad monetaria o, si se prefiere, no tiene que haber inflación en los niveles que tenemos actualmente, porque con inflación, el que presta sus ahorros corre el riesgo de que sean licuados por la inflación. ¿Dónde vivía Cristina Fernández en 1975 cuando se produjo el Rodrigazo? ¿En qué país estaba cuando la inflación llegaba a los 3 dígitos anuales o en 1989 cuando estalló la hiperinflación? Esos desastres monetarios se produjeron gracias al modelo de Banco Central que viene a proponer…”

Por otra parte, el BCRA ha emitido dos circulares que deberían preocuparnos, no solo por lo que establecen, sino por lo que presagian. Las Comunicaciones A 5085 y 5086 destinadas a restringir la operatoria de compra-venta de títulos públicos contra dólares y formación de activos externos de residentes.

Estas comunicaciones tuvieron una rápida repercusión en los mercados informales, “blue”, paralelo o negro, como quiera denominárselo, haciéndolo subir cerca de 5 centavos, ya que no solo hay limitaciones en montos, sino que el BCRA da un primer paso para restringir aun más el acceso a la divisa norteamericana, que seguramente ha de continuar, mas aun cuando desde la Primera Magistratura, se incita al BCRA a ejercer funciones que le son ajenas a una entidad que debe velar por el valor del dinero.

¿Por qué el Gobierno adopta estas medidas?, la respuesta es fácil, si bien hay una recuperación importante en lo económico, la falta de inversión, la caída del euro hace más caros nuestros productos de exportación.

De ahorro, ni hablemos, por lo tanto si no hay ahorro no habrá crédito, al menos crédito accesible para la competitividad transaccional. Por lo tanto no basta el crecimiento, sino que es muy importante controlar la emisión monetaria, el gasto público, la inflación y por ende la puja precios salarios que, a la corta o a la larga generara conflictividad social.

Solo una mirada al pasado, analizar las experiencias vividas y sus resultados, nos permitirá actuar con sentido racional y evitar que, la argentina se vea frente a la realidad , ya hemos probado todas las recetas y, hasta hemos sido innovadores en muchas de ellas y su resultado, el fracaso y, este fracaso se revela en inflación sostenida y creciente, puja distributiva, carencia de inversión, aumento del gasto público, hoy con una gran ventaja, como nadie nos presta debemos ser más prudentes y, prudente significa caer sobre los mismos hombros con una presión impositiva insostenible que dirige la voluntad más hacia la fuga de divisas que a la generación de recursos para invertir.

Es por ello, que aquellos que vivimos estos derroteros económicos argentinos, frente a la realidad que se observa solo podemos decir, con cierto grado de resignación ¿otra vez sopa?

1 comentario:

Jorge Devincenzi dijo...

Roberto Chantanovsky no quiere puja distributiva, ni pagar impuestos... Esa es la madre del borrego: los empresarios jamás pagaron impuestos con el falso argumento de que era para invertir, y en lugar de hacerlo... bueno, sabemos qué pasó.