domingo, 14 de diciembre de 2014
REACCION SOCIAL FRENTE A LA CORRUPCION Y EL NARCO-ESTADO
“De todos nosotros depende
recuperar la Republica, que la Justicia vuelva a escribirse con mayúscula y que
todo bien mal habido sea desahuciado del patrimonio de los corruptos”
(Dr. Humberto Bonanata, Director
de NOTIAR.com.ar; editorial del 30/11/2014)
El 11 de Noviembre p.pdo. escribí
el primer artículo de esta saga de tres que titule “HACIA LA CREACION DEL NARCO-ESTADO”, en el que intente describir
la incidencia de la corrupción en ese propósito; posteriormente el 19/11 trate “LA MATRIZ CORRUPTA DEL REGIMEN
KIRCNER-CRISTINISTA”, donde pretendí sintetizar las razones por las cuales
el narco delito había elegido a nuestro país como territorio para la expansión
de su territorio “distributivo, productivo y comercial”, basado, por supuesto
en el anterior y ahora solo me resta compartir con los lectores mi visión del
comportamiento social frente a este creciente fenómeno.
La frase del Dr. Humberto
Bonanata con la que encabezo esta nota, contribuyo a su titularización: “De
todos nosotros depende…”, por lo tanto la pretensión de esta nota es definir el
“nosotros”.
Desde 1983, con la caída del
partido militar que interfirió en la conducción de la Nación, los argentinos
hemos, pensado que nuestra obligación cívica se expresaba en forma periódica, a
través de las urnas ya que: “con la democracia se educa, con la democracia se
cura y con la democracia se crece”, este apotegma que fuera instalado en la
sociedad por el Dr. Raúl Alfonsín, tenía por objeto hacernos ver que la
Republica no necesitaba de salvadores misericordiosos que vinieran a resolver
los problemas de la sociedad civil pero, a su vez genero en la sociedad la sensación
que, cumplido el acto del comicios eran “los políticos en cuyas manos estaba la
solución de todos los dramas o problemas del país.
Esto estallo en 2001 y, cambiamos
ese apotegma por el “que se vayan todos” y lo que verdaderamente ocurrió es que
los que cayeron en desgracia fueron los partidos políticos y, el personalismo
se hizo carne en la sociedad. Personajes “providenciales” ocuparon el escenario
político y, allí comenzó a deshilacharse la institucionalidad.
La política requiere de recursos,
para transmitir el mensaje, hacer conocer
propuestas y dar a conocer a sus expresiones, ya no hay campañas
políticas, hay posicionamientos mediáticos y, estos necesitan dinero, ingentes
cantidades de dinero y, si no se usan los recursos del estado mediante la
pseudo “publicidad de los actos de gobierno”, esto es un eufemismos de
propaganda, se hace difícil expandir el mensaje, la propuesta o el candidato.
El fraccionamiento de los
partidos políticos agravo este proceso. El surgimiento de los personalismos comenzó
a adueñarse del escenario político y en este proceso enfrentamos un nuevo fin
de ciclo político que, hoy tiene más interrogantes que certezas.
La mayoría de las empresas
encuestadoras tienen en el tope de las preocupaciones de la población a la
“inseguridad”, la “inflación”, el “temor por la pérdida del empleo” y recién en
cuarto lugar “la corrupción”.
En las notas mencionadas más
arriba, cuando tratamos la formación del narco-estado o la matriz corrupta de
la década actual, ha quedado bien claro que el objetivo de mejorar la
“inseguridad” no podrá efectuarse sin que antes se resuelva el problema de la
corrupción y una de sus consecuencias más directa el narcotráfico, ya que los
“populismos” para sostenerse en el poder necesitan de un “ambiente” propicio
para ello solo se puede hacerse destruyendo la institucionalidad republicana,
esto es controlar el poder legislativo y neutralizar al poder judicial y
paralelamente someter a la población a un estado clientelar, esto es
controlarla con planes sociales con fines diversos, o subsidios cuya
actualización pondría crisis todo el tejido social.
Paralelamente, la pauperización
de la educación, pérdida de calidad de la misma, sea pública o privada es un requisito indispensable para la
destrucción institucional. Jaim Etcheverry en una fuerte nota en La Nación
explica con claridad esta circunstancia.
“Nosotros”, lo ciudadanos somos,
también agentes sociales, no solo responsables en la elección de los dirigentes
sino que debemos exigir que los organismos de control hagan su trabajo, que los
jueces y fiscales cumplan su función, sin presiones ni limitaciones, salir a la
palestra de la misma forma que se hizo con el intento de destituir al Dr.
Campagnoli, no solo por el país y la impunidad y cobijo policial y político. La
inseguridad no se podrá contener, por el contrario se profundizara.
La corrupción mata, preconiza el
Dr. Nelson Castro y, Once ha sido quizás la tragedia más visible de ello y las
declaraciones anuales de las víctimas, que no son ni periodistas ni políticos
han sido suficientemente claras y explicitas.
¿Qué haremos nosotros? esperar
que nos agarre una tragedia, perder algún ser querido, que la droga me toque la
puerta porque ¡a mí no me va a pasar!
La indiferencia, podrá ser una
medicina psíquica para evitar la aceptación de una realidad angustiante, pero
no por ello deja de ser funcional y hasta cómplice de la inacción del gobierno,
que no es en absoluto casual.
La corrupción y el narcotráfico
genera dinero, mucho dinero, no solo en el mundo, aquí la vuelta de nuestras esquinas, atraviesa
transversalmente a toda la sociedad y, “nosotros” somos la sociedad, por lo
tanto “nuestra” distracción es aprovechada por los delincuentes, sean
políticos, jueces, policías o funcionarios
públicos.
Los problemas económicos de
nuestro país son graves, inoperantes las soluciones, solo pretenden ganar
tiempo para garantizar gobernabilidad en el 2015 y de ser posible generar una
posibilidad, para nada antojadiza, de perpetuarse en el poder los personeros del modelo y, todo esto frente
a nuestros ojos y con 17 millones de compatriotas colgados de planes sociales o
en las más aberrantes condiciones de indigencia.
Nadie, conciudadanos,
absolutamente nadie va a realizar el trabajo que debemos realizar “nosotros”,
las naciones se construyen con ciudadanía y en 2013 pudimos salir a reclamar
por justicia, no a la reeleccion. No descartemos salir para reclamar por
seguridad y, seguridad no es otra cosa que cuestionar la corrupción y exigir su
castigo, luchar eficientemente contra el narco comercio, también con duros
castigos a sus involucrados pero también por la generación de medidas positivas
y, argentina fue grande, prospera, respetada e imitada cuando su educación fue
excelente, universal y el estado salió a ofrecerla allí donde era necesaria.
“De todos nosotros depende
recuperar la Republica” escribe el Dr. Bonanata y “nosotros” sos vos, soy yo,
somos todos y si haremos realidad el apotegma “con la educación de educa, se
cura y se crece”
El narco-terrorismo se prepara
para participar en la campaña política del 2015, ingentes sumas de dinero
demandaran los espacios políticos y sus candidatos, aquellos que gobiernan
echaran mano a los recursos del estado y
como en el 2007, los traficantes de drogas contribuirán a cooptar mayores concejales, intendentes,
gobernadores y llegaran hasta la misma gestión presidencial, ya que nada los
intimida y, su materia prima, el dinero, es un bien necesario para el
financiamiento de sus campañas, por esos favores podrán colocar en las listas
sus secuaces y luego, a través de ellos alcanzar la impunidad que requieren
para la expansión y prosperidad de su negocio, es allí donde deberemos centrar
la atención, porque este flagelo ya está entre nosotros e influye tanto en la
vida política y económica de la nación sino que socaba las bases mismas de la
republica.
Así como el Cristinismo se aferro
al poder con el dinero de la droga, y hoy hay ex funcionarios investigados y
procesados por ello, con otros nombres y otras modalidades intentaran volver a
influir en el financiamiento de las campañas, por lo tanto se hace
indispensable que se legisle con claridad sobre el tema del financiamiento de
la política de forma tal que la sociedad sepa con claridad de donde salen los
recursos de los partidos y candidatos.
Con funcionarios corruptos y
fuerzas de seguridad cooptadas le estaremos haciendo el caldo gordo al delito
organizado que no tiene ningún remordimiento en fabricar drogas, venderla en el
mercado interno, exportada y utilizar a jóvenes y menores para que colaboren a
expandir su negocio y, las adversas condiciones sociales de estos son un
vehículo importante para su reclutamiento.
La droga, la trata y el trabajo
esclavo son una de las manifestaciones más evidentes de estas organizaciones y
el despilfarro propagandístico una señal incuestionable de su accionar en la
política.
Para que haya Republica es
indispensable la transparencia y la honestidad, cosas que, salvo honrosas
excepciones le falta a la política y la que ha permitido que el flagelo de las
mafias se enquiste en el país.
La droga y la corrupción matan
pero la indiferencia es el campo fértil de estas organizaciones y, la
indiferencia social trabaja para estas verdaderas lacras, de allí que nuestro
rol de ciudadanos debe exigir cuentas claras a los espacios y candidatos para
evitar que, nuestro país, siga cayendo en el consenso internacional y se
establezca como un narco-estado, al cual, lamentablemente nos encaminamos.
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