miércoles, 24 de septiembre de 2008

El silencio del Banco Central

Una de las más importantes garantías para el sistema financiero en particular y los ahorristas del mismo radica en la autonomía del Banco Central, esto es que el Gobierno Nacional no puede meterle la mano en sus recursos, las reservas, ni en sus procedimientos en el manejo de la política monetaria y en la función del superintendencia que ejerce sobre los diversos bancos del sistema.

Esto, que es importante en épocas de normalidad financiera, se hace más indispensable cuando la crisis golpea el sistema financiero internacional, pues es lo que respalda a la moneda en el país.

Antes de su viaje a EEUU la PresidentA, contrariando sus propios dichos, firmo un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), por $ 38.000 millones de pesos, para la emisión de un bono/titulo/papel pintado, etc., mediante el cual el BCRA entregaría fondos de las reservas para que se pague al Club de Paris, y se sustituya por ese instrumento que, seria incorporado al balance del BCRA a su valor nominal, es decir a su valor de emisión.

Este DNU, no solo le mete la mano en la caja al Central, sino que curiosamente vulnera el principio de autonomía del BCRA expresamente prohibido por ley, o sea que, de un plumazo se tiro por tierra un principio indispensable para el buen funcionamiento del sistema financiero y las normas de Basilea a las que nuestro país esta adherido.

Por otra parte, en el Presupuesto para el 2009, también se suscribe una clausula en la que se autoriza al Tesoro Nacional apropiarse de recursos del BCRA para hacer frente a deudas en moneda extranjera.

Es sorprendente que, frente a este hecho, que a mi juicio es de una gravedad inusitada, tanto el BCRA como las agrupaciones que nuclean a los bancos tanto nacionales o extranjeros, se mantengan en silencio y no adviertan que, la caída de la autonomía del BCRA es un hecho altamente peligroso, no solo para el sistema financiero en general, sino para los individuos en particular porque, después del Tsunami del 2001/2, la reconstrucción del sistema financiero sobre la base de un BCRA serio y autónomo no solo fue necesaria, sino que fue la razón de ser del sistema financiero mismo.

Hoy, el Congreso de los EEUU está discutiendo contra reloj un plan de salvatajé del sistema financiero americano, no es este el mejor momento como para que nuestro Banco Central pierda su activo más valioso que es la autonomía, por la seguridad que le da no solo al mercado sino como señal para el mundo financiero internacional.

La discrecionalidad de la pareja gobernante ha sido tan arbitraria en tantos temas, los superpoderes han sido usados con semejante liviandad, que es necesario advertir que esta posición adoptada en el DNU y el presupuesto del 2009, es de alto nivel de peligrosidad y lejos de consolidar el sistema, lo debilita y pone en la picota del cuestionamiento.

No debemos dejar de mencionar que, en el mercado existen otros instrumentos generados por la imaginación de los operadores, fondos comunes de inversión, fondos fiduciarios y otros, cuya regulación y contralor no están sujetos al Banco Central y si a la Comisión Nacional de Valores, con superintendencia sobre la Bolsa de Valores que, captan recursos de terceros y, en muchos casos causantes de la bancarrota de muchos inversores incautos, instrumentos que se comercializan por medio de la propia banca. Esto esta también en discusión en los mercados internacionales.

Así como las guerras no deben ser conducidas por militares, sino que forman parte de la estrategia política, los recursos monetarios de una nación no deben ser utilizados por los políticos y mucho menos cuando su escrupulosidad esta en cuestionamiento.

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