viernes, 26 de septiembre de 2008

La Condicion Humana

¿Que diferencia hay entre la corrupcion politica y la corrupcion por omision en el valor de la vida humana? ¿podra “Don dinero” tener mas valor que la “vida del hombre”? ¿no hay valores morales y eticos en nuestros dirigentes para que luchen sin cuartel contra el fenomeno del delito, el narcotrafico y la cultura de la muerte?

Por Enrique Garcia-Mansilla

Muchas veces me siento frente a mi PC para desarrollar un articulo, para el cual se hace necesario estar informado, conocer lo que ocurre tras el biombo de los hechos, tener un cierto grado de capacitación, conocimiento y experiencia para articular las ideas con cierto sentido y, guste o no guste integrarlas al ideario político que se profesa, ya que no somos simples cronistas de la realidad, tal y cual la vemos, sino que además queremos comprometernos con el análisis y valoración de los hechos y, estará en el lector compartir o no esa visión que, con la buena fe de la vocación por transmitir el pensamiento tenemos aquellos que nos exponemos a la expresión de las ideas.

Diariamente vemos y oímos en los noticiosos, televisivos y radiales, leemos en los diarios de papel y digitales accidentes, robos, narcotráfico, lavado de dinero y la muerte cruel e injusta que pone a la sociedad en un estado de angustia y dolor que es inevitable que se contagie a quienes miramos con cierto grado de profundidad la realidad con la que convivimos. La inteligencia hace política, opina, y manifiesta aprobaciones o disensos, los sentimientos procesan de otra manera estos hechos, en los que todos estamos inmersos, ya sea porque somos padres de chicos adolescentes o simplemente porque caminamos las calles de la ciudad que, sin importar la jerarquía o valoración de barrios o zonas, estamos todos expuestos por igual, sin distinción alguna.

Los argentinos evidentemente no somos iguales ante la ley y nos hemos igualado ante la angustia y temor por la inseguridad, en donde padres deben enterrar a sus hijos, hijos que pierden a sus padres, hijos y padres que tememos por nuestros abuelos, en fin la vida humana ha perdido su valor intrínseco y has pasado a formar parte de la estadística oficial o policial en la percepción y gestión de los funcionarios.

La prensa, en todas sus manifestaciones se ha transformado en la vocera de la sociedad ante el silencio de las autoridades, la inacción de los jueces y las trabas de nuestras fuerzas de seguridad porque, los Derechos Humanos no defienden a las víctimas en lugar de buscar y controlar a los victimarios.

Las finanzas, la situación económica, el bienestar material es algo loable, no contradice en absoluto la vocación de mejora y superación personal de las personas y por ello, desde la política, que es servicio y dedicación por la cosa pública que nos pertenece a todos, podremos tener diferencias de método o modelo, pero esperamos todos como sociedad también respuestas para que todos, sin otra limitación que pertenecer a la condición humana tengamos el acceso a la educación, la salud, la vivienda y, por sobre todo a la seguridad que nos posibilite transitar por ese espacio común sabiendo que las organizaciones públicas nos están cuidando y que nuestros hijos y ancianos están protegidos.

¿Qué diferencia hay entre la corrupción política y la corrupción por omisión en el valor de la vida humana?, ¿podrá “Don dinero” tener más valor que la “vida del hombre”?, ¿no hay valores morales y éticos en nuestros dirigentes para que luchen sin cuartel contra el fenómeno del delito, el narcotráfico y la cultura de la muerte?

Un millón de fieles llegaron desde todos los rincones del país a San Nicolás para agradecer, rogar y pedir a nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, en un maravilloso e innegable acto de fe con la finalidad de obtener su protección y reclamarle su rol mediador por excelencia ante Dios para que cada quien tenga lo que le corresponde o espera del mundo en que vivimos, en donde paz, pan y trabajo es una de las necesidades más urgentes de nuestros conciudadanos, al que debemos agradecer todos y adherir, que es el respeto por la vida, que no empieza solo con la seguridad, seguridad es también una generación de hechos y circunstancias en la que todos, sin distinción alguna, debemos tener el derecho a mejorar nuestras vidas y la de nuestros familiares.

“Perdona señor nuestros pecados, así como nosotros perdonamos los de nuestro prójimos y, líbranos a todos de todo mal”, inspirando a nuestros líderes, a nuestros legisladores, a nuestros jueces para que en la representación que les hemos concedido nos sirvan y dejen de servirse, nos generen condiciones para nuestra mejora y superación y no sus propias espurias ambiciones, para que, en definitiva comprendan que, la sociedad y su superación es el deber ser de su función que, nosotros los ciudadanos les hemos conferido transitoriamente.

No hay comentarios: