Por Enrique García-Mansilla
En la pasada semana, y no solo en la campaña electoral, se hablo mucho del temor a una “Chavizacion” del Gobierno, esto es la profundización de la política de estatización de empresas y/o servicios. La Unión Industrial emitió un duro comunicado repudiando la nacionalización en Venezuela de dos empresas del Grupo Techint e, Ignacio de Mendiguren, Vicepresidente de la UIA lo menciono en forma elíptica en un programa político, cuando afirmo que, no pareciera tener apoyo político la estrategia de “internacionalización” de las empresas Argentinas.
Puso mucho énfasis de Mendiguren en tres hechos: (a) las empresas argentinas que se radican en el exterior o pretenden expandir sus mercados, no van para que sea nacionalizadas o a cobrar un “justo precio”; (b) el gobierno, al igual que lo hacen otros, debe defender estos intereses porque hacen al desarrollo económico del país; y, (c) no hay asimetrías entre las políticas internas de Venezuela y los países del Mercosur, razón por la cual Venezuela no debería ser miembro pleno de esta unión regional.
Curiosamente, nuestro parlamento aprobó el ingreso pleno de Venezuela al Mercosur en su calidad de escribanía del Gobierno y nuestro vecino Brasil hasta la fecha no tiene previsto su tratamiento parlamentario, pese a los dichos de Chávez de que no tiene por finalidad nacionalizar empresas Brasileras. ¿Qué tal?
Con independencia de si Chávez anticipo o no al matrimonio presidencial la medida a adoptar, en su reciente y familiar paso por el Calafate, debemos inferir por la actitud asumida que, no está nuestro Gobierno dispuesto a protestar y reclamar firmemente por estas políticas, porque de una u otra forma están dentro de su “imaginario político”.
Por otra parte esto es una seria advertencia a empresas como las del Grupo Techint u otras similares que, habiendo sido “amigas del poder”, hoy ese poder que tanto ampararon y de alguna forma “endulzaron”, no tiene reparos en dejarlos librados a su suerte cuando estos temas se presentan. Hay un viejo aforismo jurídico que dice “nadie puede alegar su propia torpeza” y, esto lo menciono así, tan solo por no perder la elegancia.
¿Es correcto el temor político de que si el matrimonio K se impone en las próximas elecciones la Chavizacion será un hecho”, creo que aquí también debemos destacar la ingenuidad de nuestros políticos, sean del color que sean, pues el matrimonio K ha demostrado, sin duda alguna que está dispuesto a nacionalizar, estatizar o confiscar cuanto interés se interponga a sus objetivos.
Hagamos un repaso:
El Correo Argentino, en manos del Grupo Socma fue estatizado, si bien había manifestado serios problemas financieros, también es cierto que, toda empresa pública privatizada fue objeto de trabas sindicales y entorpecimientos por parte del Ministerio de Planificación que conduce el Sr. Julio de Vido.
Sancor, según fuentes contables esta por pasar a depender del Bolivariano Chávez que ha terminado de comprar su deuda, lo que lo transforma en un dueño virtual de la empresa, esto tampoco es motivo de ignorancia por parte del matrimonio K.
So pretexto de la falta de inversiones o de que las mismas se efectuarían en un periodo inaceptable, nacionalizaron Aguas Argentinas, sin ningún tipo de consideración de los intereses franceses en la empresa, y no para hacer más eficiente la empresa ya que hubieran podido utilizar mecanismos legales para que sus accionistas originales cumplieran con sus compromisos de inversión.
No cabe dudas que forzaron a Repsol YPF a que vendiera una parte importante de su paquete accionario a un empresario local, “amigo del poder”, con el objeto de que ese grupo de amigos se haga cargo del “management” de la empresa, esto no es nacionalizar en forma estricta pero es, desde ya una fuerte intromisión estatal indirecta en el manejo de una empresa internacional.
La “confiscación” y/o nacionalización de Aerolíneas Argentinas, termino formalizándose luego de que Jaime, Secretario de transportes, obstaculizara y pusiera todo tipo de piedras en el camino del funcionamiento de la empresa y, hoy el estado carga con un gasto no previsto, como es la deuda de AA, y por supuesto sus gastos operativos, sobre la base de un principio loable que es la interrelación territorial, con una línea de bandera. Quien pone los cerca de 1.000 millones de dólares de deuda, hasta ahora no queda claro o, dicho de otra forma, engrosaran las deudas que la argentina dejara de pagar.
No se equivoca el candidato del Frente Justicialista para la Victoria, cuando dice que la nacionalización de los fondos de las AFJP ha sido la medida más trascendente de la gestión de su esposa, lo que el no dice es que la y trascendencia de la medida no se basa en una discusión a fondo y un estudio serio y profundo del sistema jubilatorio, sino que es simple y llanamente una confiscación de recursos que el estado necesitaba ante las flaquezas que ya viene demostrando la recaudación fiscal, ya que su destino, está siendo dirigido a acciones de dudosa o difícil recuperación.
Ni que hablare con Belgrano Cargas, expropiado, confiscado o nacionalizado, no porque no funcionaba como es debido, porque nada puede funcionar como corresponde si no le damos los recursos tarifarios necesarios para que, con sus ingresos pueda mejorar y ampliar sus servicios.
Para no aburrir, debemos agregar a esta lista, los paquetes accionarios minoritarios que, como consecuencia de la confiscación de las AFJP tuvieron acceso y que, sin mediar asambleas de accionistas hoy le están imponiendo accionistas, por supuesto afines al tronco del poder o como en el caso Massuh que, hoy ya esta manejada por el inefable Moreno, en nombre de la continuidad de la fuerza laboral.
Por lo tanto a la pregunta que se hizo la sociedad esta semana, los políticos e industriales, la respuesta es, no esperemos una Chavizacion del Gobierno si gana las elecciones, porque ya estamos en ella, más sutil que la del delirante Chávez , pero no muy lejos de ella, ciertamente no estamos más cerca de Brasil, Chile, Uruguay o Perú.
Una reflexión final, que debemos destacar. Los Vargas Llosa, padre e hijo visitaron Venezuela y, ambos fueron tratados ignominiosamente. No es novedad las ideologías que profesan, ni el rol que el destacado escritor tuvo y del que hizo fe en una campaña electoral en el Perú, pero esto nos da una pauta de que, cuando los intelectuales no son de izquierda, no son considerados tales, o por lo menos intelectuales de nota y, en este caso estamos hablando del escritor contemporáneo más importante de Perú viviente y, por ende de Latinoamérica.
Miremos estos hechos y, asociémoslo a la libertad de prensa y de opinión porque, argentina va por el mismo camino de Chávez.
“Esto a nosotros no nos va a pasar” es un sofisma.
http://egm-consultores.blogspot.com/
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