lunes, 8 de diciembre de 2008

Poder hasta el hartazgo


“El poder corrompe, mucho poder corrompe mucho mas.”

Escribe Enrique García-Mansilla

En pocos días más, los argentinos cumpliremos 25 años de Democracia, hecho inédito en la Argentina desde 1930 en que en la Argentina el Gral. Uriburu creara el Partido Militar. Este hecho es de por si trascendente y digno de recuerdo y celebración.

También en pocos días cumpliremos 5 años del Gobierno de la familia Kirchner, ejercido por Néstor entre 2003 y 2007 y continuado este ultimo año por su esposa Cristina Fernández, de una forma que, indudablemente hace reflexionar profundamente sobre el contenido de la Democracia, ya que solemos confundir elección con democracia, parlamento con democracia y justicia independiente con democracia.

¿Verdaderamente los ciudadanos estamos convencidos de que estamos viviendo en democracia?, por supuesto cada dos años votamos legisladores, autoridades nacionales o provinciales cada cuatro años, pero deberíamos preguntarnos ¿estamos viviendo en una República que es la que contiene a la democracia?

Nuestra República, aunque no lo parezca, es una república representativa y Federal regida por una Constitución Nacional, esto es las provincias que integran a la Nación Argentina han delegado en la Nación atribuciones que están expresamente contenidas en pactos anteriores a la sanción de la constitución misma y en aquellos que fueron delegados en el mismísimo acto de sanción constitucional.

Por otra parte, uno de los poderes del estado, el Legislativo, está integrado por los ciudadanos argentinos que eligen representantes y las provincias que eligen a su vez los suyos, esta conformación bicameral tiene por objeto velar por los ciudadanos de los diferentes distritos electorales y por vigilar el respeto de estos pactos por parte de los senadores que representan a las provincias.

¿Creen ustedes estimados lectores que el Congreso de la Nación ha actuado en ejercicio cabal de la representación que en cada Cámara se ha delegado?

No se necesita ser muy ilustrado ni ser experto en Derecho Constitucional o politicólogo especialista para ver que nada de esto ocurre, porque cuando el Congreso se inclina frente al poder de la Nación, en lugar de en defensa de los intereses para los que fueron elegidos, por lo cual me atrevería a decir que no tenemos República, no existe el Federalismo y la representación es mas de los designios de los partidos, que de los ciudadanos que los eligieron.

Por ello, convocarnos a votar cada dos años o cada cuatro años es una burla a la ciudadanía y una convalidación del fraude Constitucional que se hace con el uso de los instrumentos de la República para el establecimiento de una Democracia Representativa y Federal.

A modo de ejemplo en aras de la brevedad, basta ver la política tributaria con una evidente y flagrante succión de recursos a las provincias que han visto reducida su cuota de coparticipación en los ingresos fiscales de manera insostenible, haciéndolos dependientes del unicato del Gobierno Nacional. El Poder Ejecutivo sube o baja a su antojo los impuestos al comercio exterior, sin previa consulta al congreso, en realidad ¿para qué consultarlo si nada tienen que ver las provincias y menos aun los ciudadanos?

Visto lo antedicho, me da la sensación que poco es lo que tenemos que celebrar ya que nuestra democracia al menos la que estamos viviendo en la actualidad, es una contradicción dentro del sistema en donde hemos substituido el poder de los cañones por el poder del dinero y con él hemos herido más profundamente a la democracia que las dictaduras que hemos vivido, básicamente porque cuando estábamos dominados por la dictadura teníamos la esperanza de la democracia, ahora, ¿Qué esperanza nos queda?

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