Las nubes de humo

“La verdad es siempre el camino más corto”

Por Enrique García-Mansilla

El inconsciente colectivo nacional está más preocupado por la cancelación del concierto que debía dar Madonna, por los cuatro goles de Tevez, la perdida de Estudiantes en Brasil, la última posición de River en la tabla y por supuesto la ola de crímenes y violaciones que se ha desatado en la ciudad de Buenos Aires.

Noticiosos de más de dos horas de duración en la televisión tienen copados sus horarios con estos temas y, de paso se anuncian los problemas que aquejan al mundo, o le dan un espacio más de lo razonable a los anuncios de la PresidentE/A, que dicen tener por objeto preservar la competitividad y empleo.

Quiero repetir aquí que los problemas que hoy estamos padeciendo nada tienen que ver con lo que pasa en el mundo, son la consecuencia de los propios desatinos del Gobierno que dilapido en estos últimos años el crecimiento obtenido y promoviendo empleos o subsidios sin pensar que los ciclos económicos son inexorables, máxime cuando hay poca inversión, alta salida de capitales y agotamiento de la capacidad instalada, generándose entre esta circunstancia y políticas públicas inadecuadas importantes índices inflacionarios que, escondidos bajo la cosmética estadística engañan, por un rato a la población, pero no resuelven los problemas, basta solo como ejemplo las demandas laborales en materia salarial para constatar que, ni los sindicatos adeptos al Gobierno creen en esas cifras a la hora de demandar mejoras.

Paliativos fiscales para mejorar el empleo, blanqueos amplios y generosos a tasas ridículas, que dejan la sensación a la sociedad que pagar impuestos es una “soberana boludez”, porque se premia a los evasores a quienes poco se puede cuestionar, porque el esquema inflacionario confiscatorio es tremendo, aunque si podemos temer por los fondos que maneja el narcotráfico y los aquellos provenientes de la coima y el contubernio.

Mientras eso ocurre no dejamos de ver que los países del mundo serio, uno tras otro anuncian su falta de crecimiento preanunciando su ingreso en la recesión que lleva a los gobiernos a adoptar medidas paliativas como ser volcar ingentes cantidades de dinero a los mercados, baja de tasas de interés y planes de salvataje.

Nosotros necesitamos un doble plan de protección, uno contra nuestro Gobierno, otras para hacer frente a las consecuencias de la crisis internacional, pero para ello alguien dentro del Gobierno debe asumir la realidad, no creo que Debora Giorgi pueda lograrlo desde el Ministerio de la Producción ya que para ello debería el gobierno sacarse de encima los tapones que puedan trabar medidas que, estando en la línea correcta, después debemos ver como se efectúa su instrumentación.

En su programa televisivo diario “desde el atril”, la Sra. de Kirchner siempre tiene algo que decir, luego de efectuar una fuerte ponderación al modelo instaurado desde el 25 de mayo del 2003, pero así como se anuncian, caen en incumplimiento o en la burocracia de las medidas a las que solo tienen acceso los amigos empresarios del poder, que no son pocos y que están prontos al aplauso y el chupamedismo que cada vez efectúan con menos pudor y decencia.

Nuestros Diputados y Senadores no han estado a la altura de las circunstancias, avalaron la confiscación de las AFJP, la estatización de Aerolíneas Argentinas, un Presupuesto que no contempla la realidad de la economía que se viene para el 2009.

¿Serán suficiente y contribuirán al sostenimiento de la producción e incrementar la demanda los anuncios de la PresidentE/A de los recursos que se volcaran al mercado?, ¿Serán eficaces las metodologías para la aplicación de estas medidas? ¿Se podrá actuar con agilidad y rapidez para que los destinatarios alcancen los beneficios anunciados?, el tiempo lo dirá, ya que no solo debemos ver la conducta de los beneficiarios, sino la conducta de la burocracia que ha de fiscalizar estos nuevos mecanismos enunciados y finalmente, ¿Serán todos iguales ante las opciones enunciados o habrá hijos y entenados?

Quiero apostar a la esperanza, a la eficacia, a la buena fe de las medidas adoptadas y que, los recursos que se apliquen a estos programas no impliquen complicar la conducta del país en el cumplimiento de los compromisos internacionales y que, los actores económicos privilegien la solución de la crisis y no se dejen llevar por la codicia, que sigue siendo la víscera mas sensible del hombre.

Dios quiera que Boca gane este campeonato, así podemos seguir la línea de nubes de humo que se necesita para que la profundidad de la crisis no esté en la primera página de los diarios y, así los argentinos podamos seguir anestesiados por la problemática económica de la cual no vamos a poder evadirnos, ni disimularla mucho tiempo más.