martes, 16 de diciembre de 2008

Sangre, sudor y lágrimas

(Sir W. Churchill)

Por Enrique García-Mansilla

La Sra. PresidentA/E ha efectuado anuncios vinculados con la obra pública a la cual se le han de destinar $ 110.000 millones de pesos con tres destinos bien definidos a saber: (a) obras públicas destinadas al sector energético; (b) obras destinadas al sector infraestructura ; y, (b) obras destinadas al bienestar social, viviendas y escuelas, estos recursos, sobre todo los mencionados en (b) y (c) con una fuerte participación y administración de la Provincias y Municipios, de forma tal de inyectar recursos para la generación de entre 350.000 y 700.000 nuevos puestos de trabajo, sobre todo en el interior del país, con un financiamiento asegurado de cerca de $ 72.000 millones, el resto deberá ser gestionado para dar cumplimiento a este plan de Obras.

Si nos detenemos a sumar los recursos que el Gobierno está destinando a los diversos sectores sociales, en materia crediticia para generar demanda, a las PyMeS para generar financiamiento a la producción y los comparamos con lo que recientemente se ha aprobado en el Presupuesto General de Ingresos y Recursos de la Nación, veremos un desborde en los recursos de una magnitud no prevista y por lo tanto los ingresos que en dicho presupuestos estaban asumidos no se corresponden con estas nuevas realidades que hoy son motivo de anuncios espectaculares efectuados por la Casa de Gobierno.

Basta comparar el nivel de tipo de cambio presupuestario, el nivel de ingresos para las exportaciones que algunos analistas consideran que no serán alcanzados, ni siquiera en un 50%, o el crecimiento del PBI en el 2009 será negativo y no una reducción de lo previsto para concluir que estos anuncios están cargados de voluntarismo o, lo que es peor de un engaño político para generar en la sociedad un ánimo anti recesivo y colocar al Gobierno en un plano de iniciativas cuya concreción es de difícil o dudoso cumplimiento.

Recordemos que, en las teorías anti cíclicas de Keynes, la expansión del gasto, esto es no contemplar el comportamiento de las cuentas fiscales, la baja de impuestos y los incentivos para el crecimiento, también requieren de financiamiento y, la argentina tiene dos caminos, o una fuerte devolución, que afectara a los sectores asalariados y productos no transables, reducirá importaciones claves para la industria local y efectuara una fuerte transferencia de ingresos al sector exportador, que hoy se encuentra estancado y excesivamente controlado en aras de la protección al consumo interno como nervio y motor de la economía.

¿Cómo se explican estas medidas ante una fuerte salida de capitales, y un nivel de tasas de interés que, para evitarla impide o hace prohibitivo el financiamiento interno?

Quedo demostrado, tanto en los EEUU como en los países que integran la Comunidad Europea que el salvataje financiero no era reactivador, simplemente prevenía que las entidades financieras no quebraran o dejaran de cumplir sus compromisos, y para muestra basta el comportamiento de las acciones de las empresas productivas, automotrices entre otras, y las empresas tecnológicas ante el freno de la inversión en la modernización de sistemas del aparato productivo.

La caída de ventas, en vastos sectores de la economía, fuertes usuarias de mano de obra, han venido experimentando fuertes caídas en los últimos meses y los consumos básicos has pasado a ser selectivos, por lo tanto el ticket promedio en los Supermercados han caído sensiblemente.

La inactividad del campo, con un conflicto no resuelto, y los actuales niveles de retenciones, con mas el aparato exportador montado, altamente burocrático y costoso, ya se empieza a reflejar en las estadísticas, aun dibujadas del INDEC o del ONCA, lo que presagia que la cuenta entre divisas que salen y las que entran empiezan a ser negativas, con un fuerte impacto en las Reservas Nacionales.

Por otra parte, los créditos para el consumo ($ 5.000 per cápita) y los destinados a la compra de automotores y utilitarios, suenan más a la aspiración de los créditos hipotecarios para inquilinos que una realidad practica. De allí el escepticismo general con relación a estas medidas porque, en la crisis, los habitantes están más preocupados por otro tipo de gastos que por el cambio del auto o la heladera.

Al ideologizar la administración nacional el recurso de las entidades multilaterales del crédito, tal el FMI y, carecer de acceso a los mercados internacionales por incumplimientos de pago y los propios problemas que enfrentan los países centrales, el autofinanciamiento es el único recurso que cuenta la Nación para hacer frente a los planes “anticriisis” que se están anunciando y, siempre queda obviamente el recurso de la emisión que, presagia inflación con caída del nivel de actividad o recesión, o sea la conocida “stagflacion” , que tiene efectos devastadores sobre la actividad económica y el estado.

Triste futuro para nuestra Nación, cuyas consecuencias no podemos atribuir solamente a la crisis internacional, sino al manejo de la economía interna que ha hecho el Gobierno desaprovechando los momentos en que el mundo nos demandaba, que los mercados se nos abrían y que nosotros por soberbia o ignorancia nos alejamos, bajo la consigna de la protección de la mesa de los argentinos.

¿Cómo será esa mesa con altos niveles de desempleo?, ¿Cómo será esa mesa con altos índices de indigencia?, ¿Cómo será esa mesa frente al temor de la falta de continuidad de las actividades laborales?, veamos la industria automotriz, la agroindustria, la construcción, la actividad agropecuaria y ganadera en todos sus rubros, las economías regionales, encontraremos allí, una acabada respuesta de lo que nos espera en el futuro, ya que aun, no hemos tocado el epicentro de la crisis.

Los milagros existen, pero generalmente, como la suerte, vienen acompañados de esfuerzo, medidas racionales y fuertes sacrificios, esto al decir de Sir Winston Churchill “con sangre, sudor y lágrimas”.

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