miércoles, 20 de octubre de 2010

SIMBOLOS Y TRADICIONES

Parte de las cosas importantes de una Nación están representadas o por símbolos o por tradiciones o, ambas a la vez. Estos unifican a los ciudadanos, le dan sentido a su historia y son paradigmas que casi todas las naciones del mundo cuidan y valoran casi religiosamente.

No son ajenas a nuestras tradiciones las Fuerzas Armadas, que desde las dos invasiones inglesas de 1806 y 1807 han tenido un protagonismo indiscutible en las gestas más importantes que nos llevaron a ser Nación, primero y Republica después.

Nuestras iglesias y conventos fueron, en la gesta de la invasión, fuertes, hospitales y bastiones importantes en la lucha por mantener nuestro territorio libre de conquistas.

Sacerdotes y frailes insignes forman parte de las más importantes tradiciones nacionales, podemos ver cabalgar, con su espada en la mano a Félix de Aldao, sacerdote y general en la lucha por la organización nacional, como también recordar los encendidos discursos de Fray Justo Santa Maria de Oro, considerado el orador de la Independencia.

Ni que decir de los Jesuitas u sus misiones en el litoral o los Franciscanos a lo largo y a lo ancho de todo nuestro territorio.

Manuel Belgrano dejo su toga de abogado y la trunco por el uniforme militar para llevar la revolución a todos los rincones del territorio a cargo del Ejercito del Norte, creo y enarbolo nuestra bandera y, dono su bastón de mando militar a la Virgen de la Merced.

Ni que hablar de la gesta Sanmartiniana, la temeridad de Güemes o la ferocidad de Mansilla, todos en defensa de nuestro territorio y soberanía.

¿Dónde quedo la tradicional caminata del Presidente de la Nación en dirección a la Catedral para celebrar el Tedeum en agradecimiento por el 25 de Mayo? , ¿Los desfiles militares para conmemorar las fechas patrias más memorables?, Perón, aun en su momento más carismático de su poder no dejo de usar su uniforme militar en cada ocasión de relevancia, juro su tercera presidencia con el uniforme de Teniente General del Ejército Argentino y, con el fue enterrado al morir.

Ya no se escuchan esas maravillosas fanfarrias y marchas militares que tocaban majestuosamente las bandas de nuestras fuerzas, ni participan activamente en los actos oficiales importantes, hoy Roca es considerado un liquidador de indios, en lugar de un general visionario que extendió las fronteras y desde el gobierno hizo que la Argentina entrara en la consideración mundial, o Sarmiento integrante del ejercito de Urquiza con el grado de Sargento mayor.

Me duele, me preocupa que la Marcha de San Lorenzo, compuesta en honor de esa batalla sanmartiniana, sea la música de fondo de la propaganda de una cerveza y se juegue en ella con los padres de la patria, esto no es por mera casualidad, en la devaluación de la Nación, el matrimonio gobernante ha devaluado sus símbolos y eliminado sus tradiciones.

Hoy hay enojo en la sociedad, porque en Argentinilandia, se postulo el señor Fort, quien prostituye con su frivolidad todos los sentidos humanos y con desparpajo lanzo su candidatura presidencial y el inconsciente de Adrian Pallarols le hizo un bastón presidencial, ofendiendo símbolos que llevaron Mitre, Sarmiento, Carlos Pellegrini, los Roque Saenz Pena, Frondizi, Illia y el propio Perón como todos los hombres que alcanzaron la primera magistratura. Este jovencito, en un acto meramente publicitario ha bastardeado símbolos de la patria que, su padre el célebre Orfebre Juan Carlos Pallarols hace, con todo cariño y esmero para cuanto presidente asume su gestión.

Este jovencito hirió la susceptibilidad de la más alta magistratura del país y deshonro la imagen de su padre, que lleva orgulloso su oficio, que desde sus abuelos a la fecha han realizado con verdadero sentido artístico, valorando los símbolos que bajo su cincel fueron acompañando la historia de nuestra Nación. Habría que recordarle que hay un mandamiento que dice “honraras a tu padre y a tu madre”

La inconsciencia de este joven, y la ridícula caricatura de Fort solo pueden ser posibles en una Nación degradada, bastardeada por el sindicalismo mafioso y una gobernabilidad engañosa, que hace de la mentira estadística y del clientelismo demagógico un estandarte indisimulable para los que observamos la realidad cotidiana.

Si le agregamos a esto la incontinencia verbal del Ministro de Economía hacia los periodistas interesados por sus gestiones ante el FMI, burlándose de unos de los hechos más ignominiosos de la historia de la humanidad, no sos queda nada más por ver, oír, percibir y ponderar.

Toda nación seria, que se auto valore, que tenga un sentido colectivo de autoestima, no puede dejar de ver con preocupación y profundo dolor estos hechos que, por la falta de autoridad y sentido de ubicación tienen nuestros gobernantes, que demuestran en cada uno de sus actos que, la argentinidad no les ha cabido fuerte en sus espíritus y sus actos de gobierno.

Cuando se pierden, se bastardean los valores, los símbolos y las tradiciones que la conforman, no hay destino común, es mas no hay orgullo de pertenecer y, de allí la indiferencia de la sociedad.

Por la Patria y por sus hijos, ruego que esto, pronto termine y recobremos la cordura y el respeto por aquellas cosas que, por ser común a todos, nos identifican como Nación, si es así, tendrá sentido que cantemos todos juntos “O juremos con gloria morir”

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