lunes, 29 de noviembre de 2010

UN ELEFANTE EN LA CALLE FLORIDA*

*”Cuento de Gallegos”


Escuchamos a diario demasiadas veces el término “corrupción” y esta constante repetición no hace otra cosa que incluir ese término en el inconsciente colectivo de tal manera que ya, resulta un lugar común o una frase sin contenido, en un país que tenemos la virtud de destruir las palabras y los conceptos que encierran.

La reacción de la sociedad es mas de indiferencia que de indignación ¿“otro más”?, pero de allí no pasa, si hay sanción social, no se nota y, por supuesto no hay sanción jurídica, por lo tanto el corrupto ha pasado a ser un simple “vivo” y no un delincuente digno de habitar alguna de nuestras cárceles.

La política y los políticos son asociados a la corrupción, sin distinción y sin efectuar ningún tipo de excepciones, al menos ese es el concepto de la comunidad y, no puede ser de otro modo cuando, todos los estamentos de la Republica están involucrados en estos actos. Si hay funcionarios corruptos es que hay un sujeto corruptor, sea este empresario, intermediario o lobista, si hay un poder judicial corrupto, es que hay un poder intimidante que pone en riesgo la continuidad en su ejercicio al magistrado correspondiente, si hay un poder que dispone discrecionalmente recursos de la ciudadanía hay, o provincias y municipios corruptos y, para que ello opere hay legisladores de todo nivel o que se compran o alquilan, de acuerdo a tema en discusión.

Durante el proceso subversivo/represión se utilizo una frase que intentaba justificar ese accionar: “la violencia de arriba genera la violencia de abajo”, hoy podríamos decir con igual grado de solemnidad que “la corrupción de arriba justifica la corrupción de abajo” y por lo tanto la sociedad, sea por acción u omisión es corrupta.

Tan engañosa fue la frase de la represión como engañosa es su aplicación al cohecho, coima o dadiva, pero lamentablemente, “el por algo será” ha mutado y las genuinas ambiciones políticas de unos son asimiladas a las genuinas de otros pero con la diferencia que algunos ven en el poder un negocio y otros un servicio.

Solemos asociar a las fuerzas de seguridad con las mafias, sean estas de la droga, el robo, o el encubrimiento, de hecho en temas de alta resonancia en los últimos días tenemos la firme sospecha, la sospecha ciudadana de que ha habido entregadores del sector privado o público afectado e, inteligencia y expertise policial para el intento de cometer delitos que, resultaron en brutales matanzas.

La corrupción no es solo un delito punible por cierto, es también una degradación moral de la sociedad, que trasciende nuestras fronteras y es observada con preocupación por los hombres y empresas que tienen voluntad inversora, ya que en sus respectivos países de origen esto está fuertemente castigado.

Recuerdo con mucha claridad cuando se destapo el caso IBM/Banco Nación, durante la gestión Menem/Cavallo, que mientras aquí tronaba el escándalo, el Presidente mundial de IBM estaba dando una conferencia en su país, destacando los valores éticos de su empresa en las negociaciones con los estados, llenando su alocución de palabras como moral, buenas prácticas empresarias, el valor de la reputación de la empresa y, aquí solo había saltado un caso, faltaba aun el caso DGI que lo haría más tarde.

Ni que hablar de las exportaciones de la Ministro Garre de partes de armamento de guerra, que salían de nuestras aduanas a precios irrisorios y los declarados en el exterior eran tremendamente superiores, un juez metió las narices y, salió eyectado de su cargo, gracias al dominio del ejecutivo del Consejo de la Magistratura.

CFK inauguro su gobierno con una triste valija descubierta por una inocente funcionaria de aduanas conteniendo una suma importante de dólares para el financiamiento de su campaña, Aerolíneas Argentinas fue fuertemente extorsionada para el pago de importantes fondos para su compaña y, por ello hoy la tenemos en nuestros activos perdiendo USD 2 millones diarios, los negocios con Venezuela y sus comisiones a través de Consultoras, las obras publicas con sobreprecios escandalosos y digitados sus constructores, el famoso caso Skanka del cual ya no se habla y, no se habla porque a cada hecho de corrupción le sucede otro de mayor envergadura que torna prácticamente descartable el anterior.

Si dudamos, como no podía ser de otra manera el escandaloso enriquecimiento ilícito de la pareja presidencial, de allí para abajo nada puede ser mejor y al no existir ejemplaridad, mal se puede imponer conductas acordes con el manejo ético de los recursos del estado.

Recuerdo, cuando hace ya muchos años, los argentinos cuestionábamos al Paraguay, porque allí se podía hacer casi cualquier cosa, siempre y cuando se diera con el precio, no sé si Paraguay mejoro o empeoro, lo que sí puedo decir es que hoy nosotros los argentinos no podemos señalar a nadie con el dedo, ya que estamos, en lo que a corrupción se refiere, batiendo records mundiales de papelones.

Con corrupción no hay Republica, porque no hay libertad de acción de los distintos poderes del Estado, la billetera es la que se impone, con corrupción no hay Federalismo, porque con la caja se doblega la voluntad de Gobernadores e Intendentes, con la corrupción no hay obras publicas serias, porque no solo hay sobreprecios, comisiones o dadivas, sino que no hay controles efectivos sobre la calidad de sus materiales.

Un pueblo hambreado, desocupado, indigente no es un pueblo libre, por el contrario es susceptible de la dadiva y el clientelismo, y con el compramos voluntades electorales o públicos adeptos a los actos oficiales.

Este tema de la corrupción me hace acordar a un viejo chiste de gallegos que contaba un amigo mío y que decía: “¿sabes cómo se esconde un elefante en la calle Florida? –No se respondía el interlocutor- pues llena la calle Florida de elefantes”.

2 comentarios:

Isabel dijo...

Terminemos con los dichosos fueros, excepciòn hecha de los miembros del Sanado y de la Cam. de Diputados en el ejercicio de su funciòn y verà còmo se agiliza la Justicia y còmo el pueblo se ubica solito del lado del Derecho y de la Repùblica.

Jorge Devincenzi dijo...

La frase "la violencia de arriba..." no proviene precisamente de la represión. Como la moral, la corrupción es una construcción del poder, y también lo son los delitos económicos.
Ahora bien, no sé a quién se refiere cuando menciona el "arriba". Lo dice por Jaime? Jaime enseña corrupción al "abajo"? O por el contrario, los sectores aliados del granero del mundo-financieros, son los que produjeron la más monumental corrupción que se recuerde?