miércoles, 29 de abril de 2009
Apocalipsis… ¡Noooo!
“El modelo del Poder, el modelo de “los” poderes” - Dr. Mariano Grondona, Hora Clave-
El Gobierno que accedió al poder en el 2003, solo siguió la ola de su antecesor, con la conducción y guía económica del mismo equipo que se hizo cargo de la crisis en el 2002, junto al Dr. Duhalde.
Por Enrique García-Mansilla
El modelo del poder, tal como lo presentamos en nuestro articulo de ayer, hace que el que lo detenta crea y sienta que él y solo él o su espacio político, en este caso el Frente para la Victoria es el unido que puede dar solución a los problemas económicos, sociales y políticos que afectan a la sociedad, en virtud de haber sido, en un pasado reciente quien encabezara la recuperación del país, luego de un colapso de la magnitud que se sufriera en el 2001.
Este modelo de poder necesita, inevitablemente una suerte de “suma del poder público”, porque de otra forma no podría adoptar las medidas que las soluciones requieren. Ya vimos como, nuestra Constitución Nacional y sus modificatorias, establece con absoluta claridad y precisión que el otorgamiento de poderes o facultades extraordinarias y especiales, están específicamente prohibidas y establece, sin titubeos que tratamiento debería darse a quien asuman estos poderes y quienes lo faciliten: “infames traidores a la patria”.
Si la República cayera en una suerte de repetición de la crisis del 2001, si el gobierno perdiera la mayoría parlamentaria, estaríamos frente a un hecho de altísimo riesgo, porque la lectura de este pronóstico es que no se han resuelto, efectivamente ni los problemas político-institucionales, económicos y sociales que empezaron a tener solución a partir del Gobierno del Dr. Duhalde, con una gran participación de su Ministro de Economía Dr. Roberto Lavagna. Además, es absolutamente innegable que la solución que comenzó a observarse desde ese momento estaba muy vinculada a varios factores: a) la salida de la convertibilidad, que es algo más que un fuerte proceso devaluatorio; b) una situación internacional de excepción que coloco a nuestro país frente a la posibilidad de exportar materias primas a precios que hacía décadas que no se veían en los mercados internacionales, fundamentalmente por la irrupción de los países asiáticos al contexto de las reglas económicas que la mayoría de los países adoptaron, después de la caída del Muro de Berlín; c) la existencia en el mundo de una gran liquidez y por ende las amplias posibilidades de crédito para el comercio, al que la argentina no accedía por estar en default, circunstancia que no fue resuelta entonces y ahora, con la negociación de la deuda externa.
Por lo tanto, podemos decir que el Gobierno que accedió al poder en el 2003, solo siguió la ola de su antecesor, con la conducción y guía económica del mismo equipo que se hizo cargo de la crisis en el 2002, junto al Dr. Duhalde.
El superávit fiscal fue mas una necesidad que una política planeada, ya que nuestro país no contaba, ni cuenta con el acceso a los mercados de créditos, no ya solo por la crisis mundial, sino por su estatus de país en falta con el pago de sus compromisos, es más, pago anticipadamente sus obligaciones con el FMI, no solo por filosofía política, sino para evadir los controles de ese organismo y, sin pudor alguno falsear todo tipo de estadísticas e informes oficiales, que transformaron al gobierno en una entidad “NO” creíble a propios y extraños.
El Gobierno de Néstor Kirchner no fue un gobierno austero, ni lo fue en el gasto publico que lo incremento despiadadamente, sino que le adiciono un fuertísimo aditamento de corrupción, mediante el sobreprecio en las obras publicas o el pago de obras faraónicas que, como el tren bala, que ya no se mencionan en la agenda oficial y que llevo a abandonar su cargo al Ministro Lavagna
Por otra parte, este “Modelo”, el del poder, se ocupo de enfrentarse con aquellos sectores que, por sus especiales características productivas fue, y lo sería hoy, el que motorizo la recuperación económica argentina, el campo, que gozaba no solo de los mejores precios en décadas sino que, además tenía una capacidad de producción creciente y altamente competitiva.
Para poder mantener el famoso superávit fiscal, tuvo que confiscar los fondos de las jubilaciones privadas, ya que su flujo le garantiza el mantenimiento de cierto equilibrio en las cuentas públicas. Por otro lado, el engaño en las cifras, sobre todo del crecimiento en los precios, tiene un efecto directo sobre la competitividad del tipo de cambio, que hoy se siente con mayor medida, ya que hace poco rentable cualquier tipo de comercio internacional, al que debemos sumar los derechos de exportación que han alcanzado niveles confiscatorios.
Todo autócrata y autoritario necesita de dos cosas: (a) plantear una situación o escenario de crisis, y, (b) identificar un enemigo, para justificar el apocalipsis que anuncia sino es él y, solo él quien ejerza el poder, violando y violentando el art. 29 de la Constitución Nacional.
Estas políticas necesitan además, estar fuera del mundo y, mantener asociaciones con países y sistemas afines como el del Cocacolero Morales, el prolifero Lugo, el delirante Chávez y el impredecible Correa, lo que le permite opinar, decir y definir sin sonrojarse, las políticas llevadas a cabo por las naciones serias que, aunque enfrentadas a una crisis espectacular, tienen la inteligencia y los recursos para hacerles frente, aunque en el corto plazo se sufran las consecuencias terribles que vemos a diario.
Secretarios de Estado de los diversos Gobiernos que nos han gobernado desde 1983, se han juntado y producido un documento que predice la crisis energética que enfrentara el país si no se adoptan medidas inmediatas de largo ´plazo para revertir esta circunstancia, el gobierno, los censuro. Efectuando un ejemplo no menor de cómo deben ser tratados los temas fundamentales que requieren políticas de Estado para resolver los problemas de fondo.
Así como el crecimiento industrial que tuvo la argentina, post convertibilidad se debió al aprovechamiento de su capacidad instalada ociosa, esa misma capacidad, al no ser objeto de inversiones, fue la consecuencia de la inflación, que el gobierno intento esconder, junto al fenomenal incremento del gasto público y la corrupción.
Es falso por lo tanto el dilema “o yo o el caos”, pues el caos ya esta, lo que tenemos que lograr el próximo 28 de junio es salir del caos, entrar en la normalidad constitucional, que las instituciones se consoliden y por ende la República, al reinstalarse genere en la sociedad dialogo serio, discusión que alcance consensos y, finalmente reconocimiento internacional para poder sentarnos en la mesa de las soluciones y dejar de lado la retorica soberbia e inútil de los iluminados.
Vote pues eligiendo, sin temores, no es allí donde está el caos, es casualmente donde está la paz, la república con posibilidades y, sobre todo, el restablecimiento de la Justicia y la vuelta a la igualdad de oportunidades para todos.
El ensayo apocalíptico de Néstor Kirchner lo único que hace es, confirmar que todo lo hecho en su mandato y el de su esposa, que el crecimiento obtenido en esos años, y la tan mentada distribución de la riqueza no era ni genuina ni sostenida en el precio, salvo que, las instituciones republicanas estén subordinadas a su arbitrio y, por ende el patrimonio, honor y futuro de los argentinos, se sometan a sus caprichos ya que, cualquier alternativa solo significaría el caos y el apocalipsis. Flaco favor le hizo a la Nación, este Modelo de poder, porque ni Néstor es Luis XV, ni su modelo el “New Deal” de Roosevelt, está más cerca de las dictaduras ya perimidas que el concierto de las naciones conoció en la década del 70.
El Gobierno que accedió al poder en el 2003, solo siguió la ola de su antecesor, con la conducción y guía económica del mismo equipo que se hizo cargo de la crisis en el 2002, junto al Dr. Duhalde.
Por Enrique García-Mansilla
El modelo del poder, tal como lo presentamos en nuestro articulo de ayer, hace que el que lo detenta crea y sienta que él y solo él o su espacio político, en este caso el Frente para la Victoria es el unido que puede dar solución a los problemas económicos, sociales y políticos que afectan a la sociedad, en virtud de haber sido, en un pasado reciente quien encabezara la recuperación del país, luego de un colapso de la magnitud que se sufriera en el 2001.
Este modelo de poder necesita, inevitablemente una suerte de “suma del poder público”, porque de otra forma no podría adoptar las medidas que las soluciones requieren. Ya vimos como, nuestra Constitución Nacional y sus modificatorias, establece con absoluta claridad y precisión que el otorgamiento de poderes o facultades extraordinarias y especiales, están específicamente prohibidas y establece, sin titubeos que tratamiento debería darse a quien asuman estos poderes y quienes lo faciliten: “infames traidores a la patria”.
Si la República cayera en una suerte de repetición de la crisis del 2001, si el gobierno perdiera la mayoría parlamentaria, estaríamos frente a un hecho de altísimo riesgo, porque la lectura de este pronóstico es que no se han resuelto, efectivamente ni los problemas político-institucionales, económicos y sociales que empezaron a tener solución a partir del Gobierno del Dr. Duhalde, con una gran participación de su Ministro de Economía Dr. Roberto Lavagna. Además, es absolutamente innegable que la solución que comenzó a observarse desde ese momento estaba muy vinculada a varios factores: a) la salida de la convertibilidad, que es algo más que un fuerte proceso devaluatorio; b) una situación internacional de excepción que coloco a nuestro país frente a la posibilidad de exportar materias primas a precios que hacía décadas que no se veían en los mercados internacionales, fundamentalmente por la irrupción de los países asiáticos al contexto de las reglas económicas que la mayoría de los países adoptaron, después de la caída del Muro de Berlín; c) la existencia en el mundo de una gran liquidez y por ende las amplias posibilidades de crédito para el comercio, al que la argentina no accedía por estar en default, circunstancia que no fue resuelta entonces y ahora, con la negociación de la deuda externa.
Por lo tanto, podemos decir que el Gobierno que accedió al poder en el 2003, solo siguió la ola de su antecesor, con la conducción y guía económica del mismo equipo que se hizo cargo de la crisis en el 2002, junto al Dr. Duhalde.
El superávit fiscal fue mas una necesidad que una política planeada, ya que nuestro país no contaba, ni cuenta con el acceso a los mercados de créditos, no ya solo por la crisis mundial, sino por su estatus de país en falta con el pago de sus compromisos, es más, pago anticipadamente sus obligaciones con el FMI, no solo por filosofía política, sino para evadir los controles de ese organismo y, sin pudor alguno falsear todo tipo de estadísticas e informes oficiales, que transformaron al gobierno en una entidad “NO” creíble a propios y extraños.
El Gobierno de Néstor Kirchner no fue un gobierno austero, ni lo fue en el gasto publico que lo incremento despiadadamente, sino que le adiciono un fuertísimo aditamento de corrupción, mediante el sobreprecio en las obras publicas o el pago de obras faraónicas que, como el tren bala, que ya no se mencionan en la agenda oficial y que llevo a abandonar su cargo al Ministro Lavagna
Por otra parte, este “Modelo”, el del poder, se ocupo de enfrentarse con aquellos sectores que, por sus especiales características productivas fue, y lo sería hoy, el que motorizo la recuperación económica argentina, el campo, que gozaba no solo de los mejores precios en décadas sino que, además tenía una capacidad de producción creciente y altamente competitiva.
Para poder mantener el famoso superávit fiscal, tuvo que confiscar los fondos de las jubilaciones privadas, ya que su flujo le garantiza el mantenimiento de cierto equilibrio en las cuentas públicas. Por otro lado, el engaño en las cifras, sobre todo del crecimiento en los precios, tiene un efecto directo sobre la competitividad del tipo de cambio, que hoy se siente con mayor medida, ya que hace poco rentable cualquier tipo de comercio internacional, al que debemos sumar los derechos de exportación que han alcanzado niveles confiscatorios.
Todo autócrata y autoritario necesita de dos cosas: (a) plantear una situación o escenario de crisis, y, (b) identificar un enemigo, para justificar el apocalipsis que anuncia sino es él y, solo él quien ejerza el poder, violando y violentando el art. 29 de la Constitución Nacional.
Estas políticas necesitan además, estar fuera del mundo y, mantener asociaciones con países y sistemas afines como el del Cocacolero Morales, el prolifero Lugo, el delirante Chávez y el impredecible Correa, lo que le permite opinar, decir y definir sin sonrojarse, las políticas llevadas a cabo por las naciones serias que, aunque enfrentadas a una crisis espectacular, tienen la inteligencia y los recursos para hacerles frente, aunque en el corto plazo se sufran las consecuencias terribles que vemos a diario.
Secretarios de Estado de los diversos Gobiernos que nos han gobernado desde 1983, se han juntado y producido un documento que predice la crisis energética que enfrentara el país si no se adoptan medidas inmediatas de largo ´plazo para revertir esta circunstancia, el gobierno, los censuro. Efectuando un ejemplo no menor de cómo deben ser tratados los temas fundamentales que requieren políticas de Estado para resolver los problemas de fondo.
Así como el crecimiento industrial que tuvo la argentina, post convertibilidad se debió al aprovechamiento de su capacidad instalada ociosa, esa misma capacidad, al no ser objeto de inversiones, fue la consecuencia de la inflación, que el gobierno intento esconder, junto al fenomenal incremento del gasto público y la corrupción.
Es falso por lo tanto el dilema “o yo o el caos”, pues el caos ya esta, lo que tenemos que lograr el próximo 28 de junio es salir del caos, entrar en la normalidad constitucional, que las instituciones se consoliden y por ende la República, al reinstalarse genere en la sociedad dialogo serio, discusión que alcance consensos y, finalmente reconocimiento internacional para poder sentarnos en la mesa de las soluciones y dejar de lado la retorica soberbia e inútil de los iluminados.
Vote pues eligiendo, sin temores, no es allí donde está el caos, es casualmente donde está la paz, la república con posibilidades y, sobre todo, el restablecimiento de la Justicia y la vuelta a la igualdad de oportunidades para todos.
El ensayo apocalíptico de Néstor Kirchner lo único que hace es, confirmar que todo lo hecho en su mandato y el de su esposa, que el crecimiento obtenido en esos años, y la tan mentada distribución de la riqueza no era ni genuina ni sostenida en el precio, salvo que, las instituciones republicanas estén subordinadas a su arbitrio y, por ende el patrimonio, honor y futuro de los argentinos, se sometan a sus caprichos ya que, cualquier alternativa solo significaría el caos y el apocalipsis. Flaco favor le hizo a la Nación, este Modelo de poder, porque ni Néstor es Luis XV, ni su modelo el “New Deal” de Roosevelt, está más cerca de las dictaduras ya perimidas que el concierto de las naciones conoció en la década del 70.
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