lunes, 20 de julio de 2009

El no positivo


“No puedo apoyar este proyecto, mi voto no es positivo.”
Ing. J. C. Cobos, Vicepresidente de la Nación.

Por Enrique García-Mansilla

Hace un año que, los Kirchner se mostraron al mundo tal cual eran, ya que son en los momentos más emblemáticos en que los hombres y mujeres se muestran tal cual son.

Entonces, en el Senado de la Nación se empataba en 36 votos el proyecto de ley ratificatorio de la Resolución 125, del Ministerio de Economía, imponiendo una fuerte alza a las retenciones agropecuarias, que meses atrás había desatado un duro, largo e innecesario conflicto entre los productores agropecuarios y el Gobierno.

El Vicepresidente de la Nación, en su carácter de Presidente del Senado, debió con su voto desequilibrar este empate. Julio Cesar Cleto Cobos, con su determinación “no positiva” daba por tierra la pretensión confiscatoria del Gobierno Nacional, dando así principio a los que sería el fin de la era Kirchnerista, en esta su segunda edición.

Frescas estas en la mente de los argentinos las jornadas que se vivieron durante ese conflicto, las manifestaciones multitudinarias a favor de los hombres del campo, el cambio de posiciones de algunos senadores del bloque oficialista y diputados oficialistas y la desarticulación de la Concertación Plural, que dio el triunfo a Cristina Fernández en las elecciones presidenciales del 2007.

Lo escribimos entonces y lo reiteramos hoy, “si queres ver un hombre malo, hacerle daño a uno bueno”, lo más cuestionable de todo ese proceso, es que desde entonces y hasta la fecha, con el agregado de condiciones climáticas adversas, el conflicto no ha sido resuelto y la situación del sector del campo, la fábrica de alimentos más importante del mundo, lejos de mejorar ha llevado a casi todo nuestro interior a una recesión y empobrecimiento que han empañado todos los esfuerzos realizados desde el 2002 a la fecha.

Este conflicto, puso en evidencia con bastante más realismo hechos que venían ocurriendo desde mediados del 2006, como la mentira estadística, el autoritarismo de la chequera y la injerencia o al menos la complicidad del matrimonio Kirchner con lo peor de latinoamericana, el Chavismo.

“El que no está con nosotros esta contra nosotros”, ese puede ser el lema de este periodo, cuyas consecuencias padeció el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y aquellas Provincias que, defendiendo sus economías no comulgaron con el Gobierno, fueron “ninguneadas” de manera escandalosa.

Fuga de capitales, mentira estadística, confiscación de ahorros de las AFJP, no una reforma seria jubilatoria, escandalosa estatización de Aerolíneas Argentinas, una mentirosa movilidad jubilatoria, el adelantamiento de las elecciones, el fraude de las candidaturas testimoniales, una administración económica absolutamente incompetente, fueron el condimento de todo este periodo para terminar en una derrota electoral, en la que los K y su gobierno pusieron toda su artillería en funcionamiento, que les costó el repudio del 70% de la ciudadanía a través de diversas expresiones políticas.

Ganarle a los K, demostró no ser un método de replanteo de sus acciones sino por el contrario, un incentivo para que redoblen sus desatinos sin importar el precio que el pueblo y las instituciones deban pagar.

¿Hará que cambien su actitud la perdida electoral infringida el 28 de junio pasado? ¿Han hecho desde el Gobierno un análisis crítico y serio de lo que la ciudadanía ha expresado?, un viejo refrán popular dice “el zorro pierde el pelo pero no las mañas”, por lo tanto deberán demostrar con hechos concretos, no con actitudes cosméticas que han entendido el mensaje de las urnas, porque el principal problema que los K tienen es que nadie, absolutamente nadie ni cree ni confía en sus actos, ya que la convocatoria al dialogo, no pretende ser un ámbito de consenso para los problemas que aquejan a la Nación, sino un simple intercambio de ideas sobre una supuesta reforma política que ha de aplicarse, recién, para las elecciones del 2011.

La economía no puede esperar, la maraña de subsidios, prebendas, intervención en la actividad privada, la pérdida del superávit fiscal, el mantenimiento de un superávit comercial, a costa de negar a los sectores de la industria insumos básicos indispensables, insostenible fuga de capitales y un nivel de tasas de interés que torna impagables en las actuales condiciones del mercado, requieren un ajuste, que el Gobierno deberá absorber con un altísimo costo político, está en el horizonte inmediato, ¿será este el caos que preanunciara Néstor Kirchner?

Los desempleados no pueden esperar, los indigentes no pueden esperar, el campo no puede esperar, los ciudadanos no pueden esperar, leyes fundamentales de la Republica no pueden esperar, la injerencia sobre la Justicia, no puede esperar, pues la seguridad jurídica es esencial para invertir, crecer, y tener reconocimiento.

Los tiempos se han acabado, se requieren soluciones rápidas, eficientes y creíbles, para que la ciudadanía mantenga la calma sin que el caos pregonado por el gobierno no se haga cargo de la situación y seamos llevados a un desquicio institucional, que la sociedad argentina no merece.

Tiempos duros se avecinan, tiempos de prueba para la oposición, tiempos de replanteo para el Gobierno, no será el pueblo en esta ocasión espectador silencioso de los acontecimientos, sino por el contrario, un actor preponderante, ¿desde dónde y hasta dónde?, yo no puedo dar una respuesta a este interrogante, solo puedo decir, intuitivamente, estamos más cerca de Honduras que de Brasil, Chile, Perú o Uruguay, ¿usted, que piensa al respecto?

Lo cierto es que los K, no son muy propensos a aceptar un “NO” por respuesta, está muy lejos de su capacidad de comprensión, porque el autoritarismo solo se escucha asimismo.

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