viernes, 31 de julio de 2009
Sobre el dialogo, una reflexión más
Los argentinos solemos pecar o por exceso o por defecto. Esto es nunca términos medios aceptables. En este caso o dialogamos en demasía o no dialogamos y en ambos casos se produce el mismo efecto, ya que a la corta o a la larga los extremos se tocan.
Por Enrique García-Mansilla
Veamos: durante la gestión de Néstor Kirchner el dialogo con los opositores estuvo ausente, se los negó y se actuó sin que las minorías electorales hayan podido efectuar sus expresiones, salvo en el Congreso y, obviamente fueron desoídos. Hoy, a partir de la derrota electoral ha aparecido el dialogo, tan reclamado por la sociedad, y nos pasamos el día dialogando, noticiosos, programas de interés general, programas políticos, canales de noticias, diarios y revistas, programas radiales, dedican horas, paginas al deducir, interpretar y hasta comentar lo que se ha conversado en tal o cual reunión. Los opositores recientemente electos, pasan por cuanto espacio comunicacional hay comentando o los resultados del dialogo mantenido, o las expectativas por el dialogo a mantener.
En este juego de extremos, los argentinos gastamos, trituramos los términos, hasta que la sociedad se harta y dice, no quiero escuchar más la palabra dialogo.
El dialogo constructivo es aquel en el que cada quien expone su idea e intentan buscar una tercera que, se componga de un poco de cada una de las pretensiones, un ex miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Dr. Frías, dijo como integrante de la Comisión Negociadora sobre el Beagle que, habría solución cuando las partes en cuestión tomaran conciencia de que ambas habían renunciado a algo. O sea ni todo lo mío, ni todo lo tuyo.
Esta también el diálogo de sordos o, popularmente teléfono descompuesto, en donde los interlocutores hablan de lo que le interesa a cada uno, con independencia del otro, por lo tanto resulta más que imposible no ya llegar a acuerdos, sino escucharse.
Una cosa sí creo, el dialogo debe ser sobre ideas, medidas, temas que pretendan resolver los problemas concretos, no sobre temas teóricos, importantes pero no prioritarios y, por ello no deben ser descalificadores de los interlocutores.
Es criticable la actitud de la mesa de enlace, a quien apoye desde mis opiniones y desde los inicios del conflicto, la predisposición al logro de entendimientos empieza antes de las reuniones, los pasos previos son muy importantes, por lo tanto; ir bajando el tono, generar expectativas positivas, predisponer a la contraparte favorablemente , es empezar a dialogar con los gestos, valorar las convocatorias y no prejuzgar sobre situaciones pasadas que, a la postre no lograron confluir en soluciones.
La participación a la defensiva es una participación mezquina y que, ya sea porque se gano, o porque el otro perdió, termina por no generar resultados positivos ni para uno ni para otro, por el contrario, contamina el encuentro.
La sociedad voto dialogo, cambio, pero sobre todo mesura, paciencia y otorgo mandatos de responsabilidad, esto es que se trabaje por las mejores soluciones para el país, ello era lo que pregonaban los opositores, pues allí lo tienen.
El gobierno debe cambiar, esto está claro, pero también debe gobernar, y la gobernabilidad es una parte insustituible de la institucionalidad, para que esta no entre en crisis y, como en el 2001 se lleve puesta toda la sociedad y sus estamentos.
Hay razones objetivas para el enojo, la desconfianza y el resentimiento, pero sobre estos tres elementos nada sólido puede construirse, la grandeza, o la viveza, radica en poder superarlos, dejarlos de lado y, sentarse a la mesa sin prejuicios, preconceptos o cargas emotivas anteriores que bloqueen la capacidad de escuchar y de opinar con racionalidad.
Por otra parte, este dialogo que se ha iniciado no puede, no debe ser utilizado como cortina de humo para o esconder las realidades presentes, ni para dilatar las soluciones esperadas o, volcar el costo político de las medidas en la presión de los opositores, allí, en el gobierno no debe haber segundas intenciones, ni usar esta herramienta como escape a la corrección de sus desatinos del pasado.
Oír no es escuchar, todos oímos, poco escuchamos, ya que este último concepto va incluido el procesar, interpretar, armonizar y hasta modificar las actitudes preexistentes, es por ello que así como queremos una oposición mesurada y racional, queremos un gobierno generoso que, sin claudicaciones, pueda interrelacionar su pensamiento con otros que puedan ser afines pero con ópticas diferentes, o contrarios pero con soluciones inteligentes.
El dialogo debe tener principio y fin, esto no quiere decir que no deba ser permanente, simplemente que, los temas que se traten deben terminar con determinaciones, que deberán estar basadas en el consenso y el interés general, no debería haber ni ganadores ni perdedores, debería haber generosidad, no hacia los interlocutores sino hacia los espectadores, esto es el pueblo que, a través de la Constitución Nacional delego en sus representantes la capacidad de deliberar y gobernar en su nombre.
Hay que actuar con pensamiento crítico (El pensamiento crítico se basa en valores intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones y opiniones particulares, por lo que requiere claridad, exactitud, precisión, evidencia y equidad) y no colisionar con la inteligencia emocional, que puede actuar como disparador de circunstancias subjetivas que no contribuyen efectivamente al entendimiento reciproco.
Es de esperar pues, que en estos tiempos, veamos con objetividad los hechos, se creció a tasas “chinas”, se genero empleo y se bajo la indigencia, se mantuvieron superávits importante, sean estos fiscales o comerciales, podemos resumirlo, todo tiempo pasado fue mejor, la crisis internacional ¿nos pego?, veamos, bajo el precio de los granos, trigo, maíz y soja, salvo soja no tenemos saldos exportables, la crisis del campo inducida genero la desconfianza productiva, esto es bien nacional, el precio internacional de la leche bajo, pero la crisis lechera es anterior a la internacional, la demanda cárnica mundial bajo, ¿por qué no le preguntamos a Brasil y Uruguay porque aumentaron sus exportaciones en ese rubro, mientras nosotros dilapidamos 3 millones de cabezas?
Desde diciembre del 2007, en cuanto a Gobierno nada fue lógico o acierto, se contribuyo a la confusión la desconfianza y la prepotencia, el superávit comercial financia la fuga tremenda de capitales, esto es no hay inversión, la ONCA en lugar de ser un organismo promotor de las exportaciones es una traba, el INDEC una farsa, si podemos comenzar a reordenar estas cosas, empezaremos a ser confiables entre nosotros y a partir de allí hacia el mundo, ¿Cómo pretender que vengan inversiones si nosotros sacamos nuestra plata y preferimos colocarla en un mundo financiero colapsado que dejarlo en nuestra tierra?, autocrítica para el éxito, no para el reproche, ni la oposición tiene todas las de ganar, ni el gobierno todas las de perder, si prima la sensatez.
Finalmente, no es más débil el que primero se acerca, es casualmente el mas inteligencia y, será en definitiva con inteligencia que los problemas se comenzaran a reconocer, que es el primer paso para resolverlos, porque, en definitiva nadie, absolutamente nadie es dueño de la verdad revelada.
Por Enrique García-Mansilla
Veamos: durante la gestión de Néstor Kirchner el dialogo con los opositores estuvo ausente, se los negó y se actuó sin que las minorías electorales hayan podido efectuar sus expresiones, salvo en el Congreso y, obviamente fueron desoídos. Hoy, a partir de la derrota electoral ha aparecido el dialogo, tan reclamado por la sociedad, y nos pasamos el día dialogando, noticiosos, programas de interés general, programas políticos, canales de noticias, diarios y revistas, programas radiales, dedican horas, paginas al deducir, interpretar y hasta comentar lo que se ha conversado en tal o cual reunión. Los opositores recientemente electos, pasan por cuanto espacio comunicacional hay comentando o los resultados del dialogo mantenido, o las expectativas por el dialogo a mantener.
En este juego de extremos, los argentinos gastamos, trituramos los términos, hasta que la sociedad se harta y dice, no quiero escuchar más la palabra dialogo.
El dialogo constructivo es aquel en el que cada quien expone su idea e intentan buscar una tercera que, se componga de un poco de cada una de las pretensiones, un ex miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Dr. Frías, dijo como integrante de la Comisión Negociadora sobre el Beagle que, habría solución cuando las partes en cuestión tomaran conciencia de que ambas habían renunciado a algo. O sea ni todo lo mío, ni todo lo tuyo.
Esta también el diálogo de sordos o, popularmente teléfono descompuesto, en donde los interlocutores hablan de lo que le interesa a cada uno, con independencia del otro, por lo tanto resulta más que imposible no ya llegar a acuerdos, sino escucharse.
Una cosa sí creo, el dialogo debe ser sobre ideas, medidas, temas que pretendan resolver los problemas concretos, no sobre temas teóricos, importantes pero no prioritarios y, por ello no deben ser descalificadores de los interlocutores.
Es criticable la actitud de la mesa de enlace, a quien apoye desde mis opiniones y desde los inicios del conflicto, la predisposición al logro de entendimientos empieza antes de las reuniones, los pasos previos son muy importantes, por lo tanto; ir bajando el tono, generar expectativas positivas, predisponer a la contraparte favorablemente , es empezar a dialogar con los gestos, valorar las convocatorias y no prejuzgar sobre situaciones pasadas que, a la postre no lograron confluir en soluciones.
La participación a la defensiva es una participación mezquina y que, ya sea porque se gano, o porque el otro perdió, termina por no generar resultados positivos ni para uno ni para otro, por el contrario, contamina el encuentro.
La sociedad voto dialogo, cambio, pero sobre todo mesura, paciencia y otorgo mandatos de responsabilidad, esto es que se trabaje por las mejores soluciones para el país, ello era lo que pregonaban los opositores, pues allí lo tienen.
El gobierno debe cambiar, esto está claro, pero también debe gobernar, y la gobernabilidad es una parte insustituible de la institucionalidad, para que esta no entre en crisis y, como en el 2001 se lleve puesta toda la sociedad y sus estamentos.
Hay razones objetivas para el enojo, la desconfianza y el resentimiento, pero sobre estos tres elementos nada sólido puede construirse, la grandeza, o la viveza, radica en poder superarlos, dejarlos de lado y, sentarse a la mesa sin prejuicios, preconceptos o cargas emotivas anteriores que bloqueen la capacidad de escuchar y de opinar con racionalidad.
Por otra parte, este dialogo que se ha iniciado no puede, no debe ser utilizado como cortina de humo para o esconder las realidades presentes, ni para dilatar las soluciones esperadas o, volcar el costo político de las medidas en la presión de los opositores, allí, en el gobierno no debe haber segundas intenciones, ni usar esta herramienta como escape a la corrección de sus desatinos del pasado.
Oír no es escuchar, todos oímos, poco escuchamos, ya que este último concepto va incluido el procesar, interpretar, armonizar y hasta modificar las actitudes preexistentes, es por ello que así como queremos una oposición mesurada y racional, queremos un gobierno generoso que, sin claudicaciones, pueda interrelacionar su pensamiento con otros que puedan ser afines pero con ópticas diferentes, o contrarios pero con soluciones inteligentes.
El dialogo debe tener principio y fin, esto no quiere decir que no deba ser permanente, simplemente que, los temas que se traten deben terminar con determinaciones, que deberán estar basadas en el consenso y el interés general, no debería haber ni ganadores ni perdedores, debería haber generosidad, no hacia los interlocutores sino hacia los espectadores, esto es el pueblo que, a través de la Constitución Nacional delego en sus representantes la capacidad de deliberar y gobernar en su nombre.
Hay que actuar con pensamiento crítico (El pensamiento crítico se basa en valores intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones y opiniones particulares, por lo que requiere claridad, exactitud, precisión, evidencia y equidad) y no colisionar con la inteligencia emocional, que puede actuar como disparador de circunstancias subjetivas que no contribuyen efectivamente al entendimiento reciproco.
Es de esperar pues, que en estos tiempos, veamos con objetividad los hechos, se creció a tasas “chinas”, se genero empleo y se bajo la indigencia, se mantuvieron superávits importante, sean estos fiscales o comerciales, podemos resumirlo, todo tiempo pasado fue mejor, la crisis internacional ¿nos pego?, veamos, bajo el precio de los granos, trigo, maíz y soja, salvo soja no tenemos saldos exportables, la crisis del campo inducida genero la desconfianza productiva, esto es bien nacional, el precio internacional de la leche bajo, pero la crisis lechera es anterior a la internacional, la demanda cárnica mundial bajo, ¿por qué no le preguntamos a Brasil y Uruguay porque aumentaron sus exportaciones en ese rubro, mientras nosotros dilapidamos 3 millones de cabezas?
Desde diciembre del 2007, en cuanto a Gobierno nada fue lógico o acierto, se contribuyo a la confusión la desconfianza y la prepotencia, el superávit comercial financia la fuga tremenda de capitales, esto es no hay inversión, la ONCA en lugar de ser un organismo promotor de las exportaciones es una traba, el INDEC una farsa, si podemos comenzar a reordenar estas cosas, empezaremos a ser confiables entre nosotros y a partir de allí hacia el mundo, ¿Cómo pretender que vengan inversiones si nosotros sacamos nuestra plata y preferimos colocarla en un mundo financiero colapsado que dejarlo en nuestra tierra?, autocrítica para el éxito, no para el reproche, ni la oposición tiene todas las de ganar, ni el gobierno todas las de perder, si prima la sensatez.
Finalmente, no es más débil el que primero se acerca, es casualmente el mas inteligencia y, será en definitiva con inteligencia que los problemas se comenzaran a reconocer, que es el primer paso para resolverlos, porque, en definitiva nadie, absolutamente nadie es dueño de la verdad revelada.
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