sábado, 11 de octubre de 2008

El capitalismo, ¿se está muriendo?


"Es un error el pensar que uno limita sus propios riesgos diversificando mucho entre empresas de las cuales uno sabe poco y no se tiene ninguna razón particular para confiar... El conocimiento de uno y su experiencia son en definitiva limitados y raramente hay, en cualquier momento dado, más de dos o tres empresas en las cuales siento que puedo depositar una confianza completa."
J.M.Keynes

Por Enrique García-Mansilla

El cierre de la semana que hoy finaliza no ha dejado otra cosa que mas desconcierto. Los discursos y declaraciones no han hecho otra cosa que generar mayor nivel de desconfianza en los operadores financieros y en la población, es como si se tuviera la convicción de que no se está diciendo toda la verdad sobre la crisis que soporta el mundo y que, lamentablemente ha de influir en la vida de todos y cada uno de los que vivimos en la tierra.

Inyección de fondos, compra de carteras, aportes a la liquidez, compra de acciones entre bancos y del estado de los bancos, aumento de garantías para los depositantes, trillonarios planes de rescate, que se suman así a los millones y millones de dólares y euros que ya se han colocado en los mercados no terminan de parar la desconfianza y, por ende, las bolsas se desploman, el crédito se contrae y con ello las economías se desaceleran, ni las bajas de tasas alientan al consumo y todo, todo aquel valor transable en la economía, petróleo y commodities lo único que hacen es sumarse a la ola de desconfianza y bajar.

Importantes reuniones serán mantenidas este fin de semana en las cuales se espera se adopten medidas consensuadas entre los principales países del planeta para empezar a generar en los mercados la tranquilidad que se está buscando para que esta crisis toque su piso y comience el rebote hacia una lenta pero constante recuperación.

Si bien creo que la crisis del 29/30 no ofrece más comparaciones que las que hemos visto en las bolsas, el aporte de la tecnología y el just in time de la información juegan un rol diferenciador de esa etapa, al menos nos permite saber que efectos debemos evitar del proceso que se está viviendo, o sea donde hay que poner el énfasis en las soluciones para que los efectos sean dentro de lo posible menores, tanto en los aspectos económicos como políticos de esta crisis.

¿Ha fracasado el capitalismo?, no lo creo, lo que está ocurriendo es que, los estados, aprendiendo lecciones del pasado han tomado un rol activo en le contención de la crisis y han salido con sus recursos a paliar los problemas que se han ido presentando, lamentablemente corriendo detrás de los acontecimientos, pero interviniendo al fin.

Capitalismo nos es igual a “haga usted lo que quiera”, es un principio que se basa en algo más profundo que la libertad de mercados y acciones de los agentes económicos sean estos empresas, bancos o individuos, deben tener una limitación ética y una regulación jurídica, para que las libertades que el sistema sostiene tengan en la realidad los efectos deseados, esto es la libertad de acción limitada por los derechos o libertades del otro, la libre competencia en base a los mejores, la defensa de los derechos de propiedad, intelectual, de opinión, etc. pero todo ello en el marco de las leyes que reglamenten su ejercicio.

Capitalismo no es ni la ley de la selva, ni el derecho del más poderoso, de allí que los países que han adoptado estos criterios velen, sin excepción por aquellos que, por cualquiera sea su circunstancia, necesitan ser apoyados para alcanzar la igualdad de oportunidades que, a veces, el sistema no les otorga: educación pública, salud pública y protección gubernamental frente al desempleo o la indigencia. Estos conceptos ya estaban establecidos en las sociedades antes que se hiciera evidente la crisis que vivimos.

Por lo tanto, sacar como conclusión que los países capitalistas están socializando las pérdidas financieras es una expresión ligera que no tiene en cuenta otros valores más trascendentes que el sistema capitalista protege y que ha formado parte de su estructura filosófica desde sus orígenes.

Más que la discusión sobre capitalismo o socialismo deberíamos centrar la discusión en cual es el rol del Estado dentro de estos contextos y cuando, como y donde debe actuar para poner equilibrio en los desajustes sociales, económicos y financieros.

Por ejemplo los que adscriben a lo sostenido por John M. Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva evitando las crisis cíclicas. Por lo tanto, algunos liberales, como se los ha denominado a los sostenedores del capitalismo, han incluido al estado en la intervención de la economía cuando la acción de los agentes económicos en el mercado producen fuertes distorsiones en sus interrelaciones, ya sea en la construcción de monopolios que distorsionan fuertemente la ley de oferta y demanda o las crisis en donde las variables de la economía se descontrolan y ponen en jaque no solo la propiedad privada, sino el rol de los diversos agentes que se interrelacionan en el estado capitalista, por lo tanto el rol de los Gobiernos dentro del estado no es solo de espectadores de las circunstancias del mercado, sino que su accionar se ve justificado, no solo por cuestiones de equidad, que no están descartadas en el capitalismo, sino también por un sentido de seguridad nacional.

El sistema capitalista al igual que el marxista como corrientes de pensamiento filosófico, tienden a un grado de perfección dialéctica que no necesariamente debe conjugarse con la realidad practica en donde aparecen distorsiones que no necesariamente están contempladas en el desarrollo del pensamiento. Lo fundamental es la tendencia, los objetivos y los resultados y el estado es, tanto en uno u otro sistema, un agente importante en la regulación de la actividad de los agentes económicos con una centralización en la teoría marxista con la negación del derecho de propiedad o con una intervención en los procesos de crisis, sin alterar los derechos de propiedad tal cual lo sostenía Keynes.

Por otra parte desde la concepción ideológica de estas filosofías han aparecido en el mundo otros factores que no estuvieron presentes cuando estos hombres desarrollaron sus teorías sobre el rol del capital, en donde han aparecido bienes y servicios que siendo hoy indispensables para la vida moderna eran inexistentes cuando sus teorías fueron desarrolladas, tales como la comunicación, el rol de la información y el conocimiento, la globalización y la tecnología.

Por lo tanto yo no me atrevería a decir que el sistema capitalista está muriendo dentro de la crisis actual, más bien diría que se estaría redefiniendo a la luz de la experiencia que ha estado tomando en el mundo a raíz de los nuevos contenidos que afectan a su enunciación original, es decir está naciendo un nuevo capitalismo en donde los factores de intervención del estado mediante los entes regulatorios, tendrán en el futuro una participación más activa y no mostraran la pasividad que ha antecedido a esta crisis.

Distinto ha sido el marxismo y su desenlace, ya que al negar la posibilidad de la existencia de la propiedad privada y la corporizacion de los medios de producción, ha generado una situación de ineficiencia que ha impedido a las sociedades crecer, innovar y producir un desarrollo parejo dentro de un mundo que demanda mejores bienes y servicios y que el sistema no alentaba a su generación, ya que era el estado el que motorizaba el 100% de las actividades científico innovadoras.

De aquí mi modesta advertencia a quienes con ligereza opinan sobre las bases filosóficas de los modelos actuales y que presagian su desaparición o incluso su socialización, ya que ello, al menos en el horizonte inmediato, no es lo que se vislumbra.

Veremos, eso sí, una mayor intervención estatal a través de entes regulatorios que llenaran los vacios existentes para que, en la economía de cada país no se generen institutos e instituciones que, carentes de control, generen estas burbujas que ponen en vilo a los mercados financieros condicionan la producción y el consumo de los países cuando afectan a los medios transaccionales de las economías modernas.

Los mecanismos de sustitución de importaciones que jugaron mucho a favor de las economías cerradas e impidieron un armónico desarrollo de los países subdesarrollados hoy eufemísticamente llamados emergentes, conspiran contra el crecimiento de esos desarrollos tan necesarios para generar bienestar colectivo; es mas, la Gran Depresión Americana del año 30 fue prolongada y profunda ante el cierre del comercio internacional que efectuó los EEUU en el proceso.

En los países subdesarrollados es sin ecua non que el Estado asuma un rol sustitutivo del capital cuando este no es suficiente o no alcanza para generar aquellos bienes o servicios de los cuales la sociedad necesita proveerse y fue en la década del noventa en que, con la conjunción capitales locales y externos, que se pudieron efectuar las reformas estructurales que le permitieron a la economía que los recursos de los contribuyentes se aplicaran a fines más eficientes y efectivos; que se hayan tomado malas decisiones o que ellas se hayan concretado en una situación de cuestionamiento ético no invalida la circunstancia de que en el proceso se gano en eficiencia y modernización de los bienes privatizados.

Que la conducta de los gobiernos no haya sido la más elogiable no invalida la acción per se.

Los países centrales o de mayor nivel de desarrollo tampoco aplicaron a rajatabla los principios capitalistas, ya que poseen entes que regulan los monopolios, asumen algunas actividades de servicios, legislan y regulan algunas actividades y restringen o limitan el comercio internacional de acuerdo a sus propios intereses nacionales, por lo tanto, así como no existe ni existirá un mundo capitalista perfecto, jamás existió un sistema anticapitalista perfecto, con la única diferencia en que este ultimo sucumbió y el capitalismo prevaleció y ha de prevalecer a lo mejor con nuevas modalidades y controles pero con los principios básicos en funcionamiento esto es la libre empresa, el derecho a la propiedad, los factores de competitividad y la existencia de fuerzas laborales con quienes discutirán la distribución del peso entre la inversión de capital y la del trabajo, sea este manual o intelectual.

Los procesos de crecimiento abruptos, que hemos observado a partir de la incorporación de nuevas tecnologías a partir de mediados de la década pasada tienen sus ciclos o sea su fin, prever ese fin y estar preparados para lo que sobreviene luego es el rol de la estrategia y de la provisionalidad que todo estado moderno debe realizar para evitar casualmente estos procesos de crisis al que además en este caso se adiciona una crisis de liderazgo en el país generador con más contenido político que económico y que no es nada más ni nada menos que la economía más importante del planeta.

Más información http://www.politicaydesarrollo.com.ar/


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