martes, 7 de octubre de 2008

Un presente negro, un futuro incierto



Crédito y confianza son los dos elementos que hoy mantienen en vilo a la sociedad mundial. Sin crédito no hay crecimiento e inversión y sin confianza no hay expectativas de rápida resolución del problema.


Por Enrique García-Mansilla

Cuando se planteó la unidad monetaria en la Unión Europea (UE), el Reino unido no acepto renunciar a su Libra Esterlina y por lo tanto mantuvo su moneda, de la misma forma otros países votaron negativamente a la Constitución Única para la región, empezando por Francia en aquel recordado referéndum que dio una amplia mayoría por el no, esto me hace recordar a una vieja frase “juntos sí, pero no mezclados”, cada país quiso mantener su individualidad, aunque la mayoría acepto al EURO como moneda transaccional y de allí nació el Banco Central Europeo.

No todos los países integrantes de la UE tuvieron una actitud común cuando EEUU tomo la decisión de invadir Irán y derrocar al dictador Hussein, Gran Bretaña y España fue la excepción y, pagaron su precio.

La crisis iniciada en los EEUU, extendida ahora a todo el hemisferio norte plantea una nueva desarticulación en las relaciones económico-financieras de la UE, esto es el rescate a las entidades financieras motivadas por el efecto contagio de lo que ocurre en el sistema financiero americano.

En la última reunión, se desecho un apoyo conjunto de los países a los sistemas financieros de cada uno de los países integrantes. Francia pidiendo acciones conjuntas y Alemania sosteniendo que las soluciones debían ser nacionales.

En el ínterin, Irlanda, se anticipo a todos y extendió la garantía sobre el total de los depósitos a su sistema financiero, provocando una reacción negativa en el Reino Unido, ante la fuga de depósitos de los bancos ingleses a los irlandeses, rápidamente el BCRA ingles imito a Irlanda y adopto igual medida, Alemania hizo otro tanto luego del plan de rescate a uno de sus propios bancos hipotecarios. Otro tanto hizo España, Portugal y otros países.

Esta desarticulación de la UE, y la necesidad de cada país de adoptar sus propias medidas de rescate plantean un fuerte interrogante sobre los cimientos sobre los cuales esta Unidad continental se apoya y su futuro. ¿Qué pasara en Europa si la recesión le pega fuerte?, ¿seguirán las fronteras abiertas y los ciudadanos continuaran siendo comunitarios?, o quizás estemos frente a un repliegue de los países en cuanto a su integridad económica y cada uno protegerá sus fuerzas laborales e implementara políticas diferenciales de acuerdo a sus necesidades y culturas.

Hoy, el comportamiento de las bolsas en Europa ha sido unánime, todas en baja y con fuertes guarismos como no se veía desde hace ya muchos años.

Tengo la sensación, y no es más que eso, una sensación, por ello admite prueba en contrario, que lentamente cada uno de los países de la Comunidad se irá replegando sobre sí mismo y cuidando y controlando sus propias economías nacionales más que el conjunto de las mismas. No sé si esto bastara para desarticular la Unidad Comunitaria pero, objetivamente esta no será la misma que hemos conocido hasta ahora.

Es evidente que el Plan Bush de Rescate, en mucho menos Bush que lo que se pretendía, que los USD 700.000 millones han sido tan fraccionados que finalmente no sabemos cuanto queda para el rescate, cuanto para la garantía de los depósitos y cuanto para la rebaja de impuestos, lo cierto es que solo hay una cifra con muchos destinos, de allí la sensación generalizada de que el paquete no alcanza y que es solo un paliativo para llegar a la transmisión del mando en enero del 2009 y que sea la nueva administración la que adopte las medidas de fondo para la resolución de la crisis.

Crédito y confianza son los dos elementos que hoy mantienen en vilo a la sociedad mundial. Sin crédito no hay crecimiento e inversión y sin confianza no hay expectativas de rápida resolución del problema, o sea seguirá la volatilidad e incertidumbre.

También es curioso que la fuga de recursos no se está yendo de los EEUU, sino que corren hacia los títulos del Tesoro Americano, lo que demuestra que hay más confianza en su moneda y solvencia nacional, recursos que se reciclaran y terminaran efectuando el salvataje preanunciado.

Muchas cosas van a cambiar con esta crisis, la visión que tenemos de la geopolítica actual no será la misma en un futuro próximo y, la argentina de una buena vez va a tener que tomar una posición seria y decidida, esperemos sea la sensata y correcta para beneficio del futuro.

Sepamos los argentinos construir sobre los cimientos que nos hicieron importantes frente al mundo, porque si no es así, las palabras de Benedicto XVI serán lapidarias “quien construye sobre el dinero, construye sobre arena”

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