miércoles, 19 de noviembre de 2008

LA SOBERANIA UN IMPERATIVO HISTORICO PARA LOS ARGENTINOS

“Que lo tiró a los Gringos,
j'una gran siete,
navegar tantos mares
venirse al cuete, venirse al cuete”

Triunfo de la Vuelta de Obligado

Escribe Enrique García-Mansilla

Durante mis años de estudiante en donde la historia que se enseñaba en las escuelas y colegios era más coherente, nos planteaban que el periodo en el cual Juan Manuel de Rosas había sido uno de los tramos en que se habían producido los mayores hechos de barbarie y sometimiento de la historia argentina, obviamente esta historia estaba basada en la que escribieron los que triunfaron en Caseros y omitieron todo el proceso rosista que tuvo algunas particularidades que, poco a poco, la historia fue enderezando a través de las corrientes revisionistas que comenzaron a aparecer con Saldias, Ibarguren y su máximo exponente fue Jose Maria Rosa, nombro a estos historiadores por no efectuar una larga lista de quienes con objetividad escribieron sobre el periodo 1837 – 1850.

Rosas llega al poder luego de un proceso de anarquía y desorden, donde uno de los máximos exponentes del Federalismo nacional, Manuel Dorrego, fue asesinada a manos de Juan Lavalle, el ex granadero Sanmartiniano, por presión de los “doctores” Unitarios y pese a la recomendación firme que le efectuara el Almirante Guillermo Brown.

En 1838 la flota francesa decide unilateralmente bloquear los ríos interiores de nuestro país, este no es un hecho menor, ya que es a través de estos ríos en donde circulaban las principales mercaderías que se transaban en la incipiente economía del país, es decir, su control o limitación al tránsito perjudicaba en mucho la economía de la época.

Rosas Gobernaba la Provincia de Buenos Aires con la delegación de las provincias de la atribución de representar a la Confederación con la responsabilidad de representarla ante el mundo es decir con las facultades de manejar las Relaciones Exteriores.

Durante este bloqueo Lavalle intenta invadir Buenos Aires pensando que los ciudadanos de Buenos aires lo acompañarían, como esto no ocurre inicia su periplo que lo llevaría a su muerte.

Rosas comienza entonces el proceso de defensa de los ríos interiores y su fortaleza se instala en la Vuelta de Obligado y el General Lucio Norberto Mansilla es designado para hacerse cargo de la defensa.

Producido el hecho esperado, Mansilla manda encadenar las costas del rio y proclama a sus tropas:

“Allí los tenéis, considerar el insulto que hacen a la soberanía de nuestra patria, al navegar sin más títulos que la fuerza, al navegar un rio que corre por el territorio de nuestro país, pero no lo conseguirán impunemente, tremola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes de verlo bajar de donde flamea”

A las 8 y 30 de mañana del 20 de noviembre de 1844, Mansilla al grito de ¡VIVA LA PATRIA!, inicia el ataque a la flota anglo francesa que en virtud de su poder de fuego y superioridad numérica logra romper el bloqueo impuesto por Mansilla que se toma revancha derrotándolos definitivamente en la Batalla del Quebracho.

Dijo Jose Hernández en su Martin Fierro “Los hermanos sean unidos, en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”.

Tanto la arenga de Mansilla a sus tropas en la Vuelta de Obligado como las estrofas de Jose Hernández deberían hacernos reflexionar sobre el rol que debemos asumir los argentinos en la defensa de la Soberanía Nacional que, con el paso de los tiempos ha adoptado diversas modalidades, aquella que hoy la historia recuerda afectaba nuestro territorios, la que nos afecta hoy es la económica y política, esto no es contradictorio con la inversiones externas ni con la presencia de empresas extranjeras en nuestro país, pero soberanía hoy es tener regla claras de cómo esas inversiones se han de instalar, establecer, como lo supo hacer Brasil, un empresariado nacional fuerte que pueda competir de igual a igual en el mundo y no como ha ocurrido aquí que, por codicia, vendimos bancos, empresas líderes, entregando pedazos de territorio nacional a la inversión externa, la depredación del medio ambiente en aras de un mayor rendimiento económico y, las políticas públicas, funcionales, como decimos hoy, a los intereses ajenos a los nacionales.

Nuestra Constitución Nacional abre generosa las puertas a todos aquellos que quieran desarrollarse, sea como individuos o empresas, en nuestra Nación, pero será la Nación la que establezca las regla de cómo esto debe ser hecho, esto ha hecho Brasil, Uruguay, Chile y lo hacen los países más desarrollados del mundo, la preservación de la individualidad nacional debe ser un imperativo, porque de no ser así, nunca seremos patria y jamás seremos respetados por el mundo.

Perón hace ya muchos años dijo, el año 2000 nos encontrara unidos o dominados, sin pensarlo o de forma instintiva, Perón tiro el guante que luego sería recogido por Alfonsín al conformar Mercosur, esto es también hacer soberanía económica, unir fuerzas, ampliar los mercados, interrelacionar naciones que unidas puedan hacer oír su vos, valorizando sus recursos humanos, tecnológicos, y sobre todo generando un mercado que, pueda competir con los grandes mercados internacionales.

San Martin, que se auto exilio porque se negó a tomar parte en las luchas internas del país, hizo llegar a Juan Manuel de Rosas el símbolo más importante y grande que un hombre de armas puede entregar a una persona en acto de homenaje, su espada, aquella que lo acompaño en las gestas libertadoras que lo tuvo como protagonista y que lo llevo a liberar a la República de Chile y del Perú.

Lamentablemente los sucesivos Gobiernos argentinos no han valorado debidamente este hecho ocurrido en la Vuelta de Obligado y en la angostura del Quebracho, ni a quienes fueron sus protagonistas que pusieron su vida e integridad al servicio a lo que luego sería la República Argentina.

Hagamos tan solo un paréntesis en medio de los que estamos viviendo para recordar, unos instantes a aquellos que nos dieron la patria que tenemos, sin importar sus ideas, simplemente valorizando su coraje y determinación por crear una Patria noble y prospera, para la posteridad.

Honor y gloria a todos aquellos que nos legaron esta Nación, vaya pues para ellos mi recuerdo y homenaje en estas horas de turbulencia y que su coraje sea inspirador para adoptar las determinaciones que sean conducentes al mantenimiento de la integridad nacional.

(Quien escribe estas líneas tiene el orgullo de ser cuarto nieto del General Lucio Norberto Mansilla)

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